23 dic 2009

Viaje de despedida

Era domingo, esos típicos domingos con los que te tomás el dia y te desenchufás. Estaba amaneciendo, todavia el cielo estaba de un cálido azul, la luna brillaba con menos nitidéz. Subimos a su auto y nos dejamos impregnar de vida. El aire frio de la ruta chocaba con nuestras caras y probocaba risas puras y hermosas. Después de un par de "horas liebres" llegamos a una cabaña, era de la madre de Virginia, tenia una vista hermosa, se observaban las sierras y una que otra casita en la ladera. Dejamos nuestros bolsos en una pieza pequeña, arriba de unas camas tendidas con cubrecamas totalmente blancos, todavia con apresto y olor a naftalina. Volvimos a salir en su impecable auto, fuimos a almorzar a un pequeño restaurant de las sierras. Había sido una de las pocas veces en que Virginia realmente había comido. Se veía saludable, explendorosa y con una belleza única. Esta vez sus ojos reflejaban felicidad. No volvimos a la cabaña por un largo rato. Fuimos a un camping en donde, antes de darnos cuenta que nos nos gustaban, tomamos mates extremadamente dulces y mal cebados. Fuimos a Carlos Paz, alquilamos un barquito de esos que solian estar en la costanera y nos subimos torpemente a este. Nos miramos, eramos dos inútiles que no sabían usarlo, por lo que nuestro viaje en bote fue una lluvia de carcajadas y, como era de esperarse terminamos empapadas.

Con el maquillaje corrido, las remeras húmedas y todos nuestro cabellos desastrosamente peinados fuimos a recorrer el lugar. Sacamos unos tiquets para el teatro, era una obra cómica, no me acuerdo bien de que era, iriamos a verla el dia siguiente. Tomamos una coca - cola y hablamos, reimos y alguna que otra lágrima se escapó, pero no mas de dos o tres. Ya siendo las 18 hs encontramos un lugar extraño, se llamaba la casa de gasper o algo asi, nuestro espíritu de niñas, el mio potenciado ya que seguia siendo una simple nena, nos impulsó a entrar. ra una estupidés, una casita en donde todo estaba dado vuelta, el agua de las canillas corria hacia arriba, sillas en las paredes, era como caminar en el techo. Nosotras nos burlabamos de los supuestos habitantes de la casita y de las historias que contaba la presentadora, y de vez en cuando una que otra persona reia con nosotras, dejando a la pobre guía hablando sola. Cuando salimos del lugar, vimos como la chica suspiraba y se peinaba la cabellera con la mano, se dió cuenta que la estabamos mirando y nos mató con su mirada, creo que nos estaba advirtiendo que no volviéramos al lugar, nosotras solo nos reimos en su cara, otra vez.

Caída la noche, estabamos encaminadas a la cabaña. Las horas que le siguieron fueron momentos interminables de euforia. Hicimos una fogata con nuestros viejos uniformes de colegio, quemamos unas cuantas sábanas, bailamos, cantamos, tomamos gancia y Vir unas cuantas cosas más. Terminamos durmiendo en medio del living, abrazadas y pintadas con acrílico, de los que Virginia habia llevado al viaje para intentar pintar algo, cosa que obviamente ya no haría.

Los dos dias sigueintes fueron igual de emocionantes, aerosilla, rock and roll, pinturas, fuego y muchisimas cosas más. Estabamos felices, tanto que olvidamos los tickets del teatro. Pero nuestro pequño viaje debía acabarse en algun momento.

Era martes, las valijas estaban hechas y la cabaña estaba esperando volver a sumergirse en soledad. Nosotras estábamos sentadas en el pasto, observando como caía el sol detrás de las imponentes montañas, se despedía de las grama con un ultimo soplo de luz y el calor acariciaba nuestros rostros de una manera sutil y terminaba jugando con los pocos rayos luminicos que quedaban flotando en el aire, dándonos efectos cautivantes y hermosos de luz y oscuridad, donde los dos opuestos se complementaban para formar algo fantástico. Nunca había visto un simple atardecer de esa manera. Fue un momento corto, lo que tarda el sol en ponerse, unos 10 o 15 minutos, no más, minutos en los que permanecimos en silencio, o eso era lo poco que recordaba.

Tres años después, hablando con alguien de mi colegio, recordé que ella me había dicho algo aquella tarde, algo que nunca había entendido. Estaba hablando con mi compañero sobre su viaje de estudio y me acordé de manera inconciente de lo que Virginia me habia dicho esa tarde y pude entender el porque.

"Es como el viaje de estudio que nunca tuvimos, cierto? Es la cubierta dulce del final. Sería muy bueno que todos los finales fueran asi, no?"

Nunca entendí porque me decía lo de los finales ni lo del viaje de estudio, pero después de hablar sobre el tema me di cuenta de lo que realmente significaba un viaje de estudio. Viéndolo como todos los demás, de la manera más simple posible, el viaje de estudio era como un premio, una recompensa a los años de estudio, pero tambien era un monmento de desenfreno total en donde ese sueño de vivir en bailes, fiestas y amigos se hace realidad. Pero son solo unos dias. El viaje de estudio era solo el puntal del arbol de navidad, la manera de terminar la rutina de años y empezar de vuelta, con o sin ciertas personas, algunas seguirán a nuestro lado y otras simplemente se irían. Pero siempre permanecía el recuerdo feliz y la coronacion de un periodo dorado, el viaje de estudio.

Después de mucho tiempo entendí que nuestro viaje fue solo una manera de cubrir el agrio sabor de un adiós, con la diversion y la felicidad de un viaje sin escrúpulos.

17 dic 2009

Puerta de escape

Lo que pasó con Virginia después, es indescriptible, no solo por la cantidad de cossas que hicimos sino por los sentimientos que se fueron acumulando en tan poco tiempo. En un mes y medio nuestra amistad se hizo enorme, nos conocimos a fondo, y eramos como hermanas, nuestras mentes estaban conectadas y nuestras pieles parecian cortadas del mismo mantel. Durante ese poco tiempo ella me mostró cosas que yo nunca antes había tenido a mi alcance, me mostró el mundo desde su perspectiva y yo, le mostré el mio. Empecé a descubrir llos excesos de los cuales ella era pricionera y yo me comprenetré en ellos tambien.

Había ido una semana completa a hospedarme en su casa. Comencé a darme cuenta de que no comía nada y que cuando lo hacía iba al baño y vomitaba. Traté de hacerle entender que estaba enferma y debía hacerse tratar, ella no me hizo caso, estaba enferma, estaba loca. Luego de una semana, yo pasé a estarlo tambien. Terminamos mediados de febrero siendo dos bulímicas de mierda. Yo no había comido nada por aproximadamente 1 semana y media, no era mucho, algo soportaba, por otro lado, Vir, estaba demasiado demacrada, pero empecé a notar que ya no solo era su bulimia lo que la afectaba. Una noche, la senté en el patio de su casa, alejado de todo, estabamos debajo de las nubes, el cielo estaba violacio, plomiso. Ella ya casi no podía sostenerse en pie. Yo, en cambio, podía sostenerme unos minutos. Me miró con sus ojos mojados.

- ¿Qué te pasa? Te estás matando.

Ella no me respondía, solo miraba al piso. Empezó a morder sus uñas, era su tick nervioso. Pude ver sus brazos, estaban todos pinchados, entonces pude entender lo que pasaba.

- Virginia, tenés que comer algo ¿Te has visto? Me duele, estás muriendo.

Despues de unos minutos me contestó.

- ¿Y nunca pensaste que en verdad quiero morir?

Me arrodillé ante ella, la abracé, ella se aferró a mi con las pocas fuerzas que le quedaban. Le acaricié las lastimaduras. Se desvaneció en mis brazos. Nos quedamos con ella debajo de un árbol. Estaba tan pacífica, respiraba tan traquila. Estaba en paz, fuera de este mundo, viviendo sus propios sueños, siendo felíz entre ilusiones, para esperar despertarse al dia siguiente para vivir el infierno que le había tocado. Ahora, estaba sonriendo, un ángel dormía debajo de las gotas de lluvía que se filtraban entre las ramas, mañana, ese angel, se convertiría en otra alma gris y perdida, en otra adicta. Solo quería verla asi de perfecta como el primer dia en que la conocí, pero mi estado no me lo permitío, nos dormimos. No despertamos por un largo tiempo.

16 dic 2009

Libertad y una carta de despedida

Hoy he estado confundida, acordándome. Cuando me desperté esta mañana y me vi en el espejo me reí, como hacia mucho no hacia. Estaba envuelta en una remera enooooorme, como esa que usé ESA vez... bueno, vos sabés. Fuí al baño y me paré enfrente del espejo. Tenía una sonrisa enorme y todo el delineador corrido, pero a pesar de eso me gusté. Entonces me acordé, había soñado con vos, un sueño muy gracioso por cierto, en ese sueño yo tenia una colita al costado, bien alta, hice lo mismo con mi pelo esta mañana. Puse musica, de esa que vos NUNCA escucharias, pero a pesar de eso me hizo acordar a vos. Pinté. Pinté porque estaba feliz y podía ver la vida con colores, mientras lo hacía, bailaba, terminé toda pintada, estaba multicolor. Me reí toda la mañana, y me acordé de un montón de cosas que hicieron que mis ojitos tuvieran el brillo que tenian antes, pero principalmente me acordé de eso que es re poquito, pero para mi valió mucho. Y ahora me llegó un mensaje, como esos incoherentes que me sabías mandar, y es un numero que no conosco, pero me ilusioné pensando que podías llegar a ser vos, porque en cierta manera extraño tus flashes. Con esto no te quiero decir que te amo, porque me resulta de mil maneras imposible, sos casi un desconocido para mí y yo todavia le escribo cosas a alguien que me robó el alma y lo que se podía decir "corazon", pero tampoco lo amo. A lo que voy es a que te quiero mucho, pero en serio, mucho mas de la forma en que tal vez vos decías hacerlo, sinceramente, en el fondo no te creía cuando me decias que me querías pero me gustaba ilusionarme con que era cierto, me gustabas, bah! me gustás. Me gustaba hablar con vos y mandarme mensajes y todas esass boludeces, creo que era porque me caías re bien y te encontraba super interesante, aunque la mayoría del tiempo me sentía como una nena caprichosa de 6 años. Fuiste como mi hermano mayor? Bueno, no se si tanto así pero te sentía de una manera parecida. Y si, me dolió el pensar que ya no te iba a ver desde las ventanas, me sincero, pero tambien es cierto que ya no te entendía, aunque al final no me importó mucho hacerlo, solo fué una escusa para terminar nuestra relación no relación porque no quería serguir encariñándome con algo que tenía fecha de expiración porque después seguramente dolería mucho más. Creo que tenía que decirte esto, aunque realmente se lo cuento a 5 personas que leen mi blog, y ninguna de ellas sos vos, aunque realmente me gustaría habertelo dicho.

Te aclaro que no soy una loca paranóica obsesionada con vos, jaja, solo soy una cachorra fiel y sentimentalista (pero NO enamorada) que se encariñó con su dueño de temporada. Gracias, la pasé muy bien y me hiciste feliz. Te quiero. Chau

Pd: lectores/as, no conocen esta historia, seguro, me adelante bastante, pero después la van a entender, al igual que el primer posteo. Xoxo

8 dic 2009

Finales y Comienzos

Botella de sidra, turron, pan dulce, cohetes costosos y reunion familiar. Fin de año. Un gastaredo de crédito increible. Mil mensajes en el celular, todos de disferentes personas pero todos decían lo mismo: "Feliz año nuevo". Que poca creatividad para mandar un mensaje, por lo menos se acordaban de saludar. A eso de las 12:45, una vez que había mermado un poco la lluvia de mensajes, uno totalmente diferente entró a mi bandeja de mensajes.

"Feliz Año nuevo, Vicky!. Me resulta raro estar mandandole un mensaje a alguien que vi solo una vez, pero me caiste bien. Me has dado un lindo comienzo de año. Queres venir a cenar uno de estos dias? Espero que me digas que si! Que la pases Bien. Xoxo.
El mensaje me resultó desconcertante. Era lindo saber que alguien se había esmerado en hacerme un saludo un poco ams diferente que los demás, pero me resultó inapropiada la invitacion, siendo que nos habíamos visto solo una vez y tambien porque casi todas las personas normales estaban festejando año nuevo. A parte, que mierda era Xoxo? Intenté contestarle, no habia pensado en si ir a la casa de una desconocida o no, pero lo menos que podía hacer era devolverle el saludo. Las lineas estaban saturadas, asi que tuve que esperar en mandarle mi contestación, y como si eso fuera poco, el celular se estaba desprogamando, otra vez, de manera que era un logro enorme poder mandar un mensaje a la persona a la cual se lo queria mandar.

Gime, mi tia, estaba al otro lado de la mesa, igualmente ensimismada en su celular, por lo que pensé en molestarla y tratar de mandarle un mensaje, para probar si con suerte la linea resppondia, aunque lo dudaba.
"Que tengas un Infeliz año viejo! podrían inovar diciendo cosas asi, un poco mas reales no? Jaja, hoy me agarraron pesimista, si me llega un mensaje mas que diga lo mismo que los otros 178 voy a tirar el celular a la parrilla. Chau anorexic (: te quiero. "

Ese mensaje, como era de esperarse, se mandó a todos los "ultimos usados", entre ellos, estaba tambien el num de Vir, ya que, no habia respondido, pero igual lo marcaba como usado. Los siguientes 25 mensajes fueron insultos o disculpas por desearme un feliz año nuevo. Entre ellos habia uno de Virginia.
"Disculpame, pensé que hacia bien mandandote un mensaje, Nos vemos"

Despues, cuando la linea se habia descongestionado, mandé un mensaje de disculpa a los 25 anteriores y uno especial para Virgi. Posteriormente se desató una cadena de mensajes que a eso de las 5 am me llevaron a aceptar su invitacion.

Dos dias después, fui a encontrarme con una perfecta extraña sin saber con que me encontraria. El auto se paró despues de 30 minutos de viaje, con un par de paradas obviamente.
Bajé del auto. Frente a mi se alzaba a tipica mansión estadounidense de las películas, en sus paredes predominaba el blanco, manchado con enrredaderas de un verde intenso y ventanales enormes, un patio enorme y pulcramente cortado me daba la bienvenida con aromas de jazmines del pais. Me padre, compresivo como siempre, no esperó ni siquiera a que me asegurara de que en la casa había alguien. Se fué. Toqué el timbre y al cabo de unos segundos un hombre, bastante mayor, me abrió el portón automático. Entré a la casa, era sobria, elegante, pero se sentía un aire de soledad en toda ella. Era demasiado hermosa para describirla con detalles. Subí unas escaleras, llegué a la habitación de Vir. Ella estaba bailando sobre su cama, una escena realmente graciosa. Reimos, contamos anecdotas y más entrada la noche ella me invitó a tomar un helado a la cocina de su casa. Así empezó a crecer algo entre nosotras, fuimos felicez esas pocas horas, modelabamos nuestras sonrisas y borrabamos los rastros de lágrimas que habían en el fondo de nuestro corazón.

3 dic 2009

Vientos de "Chanel Nº 5"

Casi terminando diciembre, el año estaba armando sus valijas y cerraba la puerta que encerraría todo detrás de las rejas del pasado y las nieblas del olvido, con el tiempo y la llegada de las lluvias otoñales, irían enterrando las memorias que con cuidado, o no, había construido.

Durante las últimas semanas, había logrado hacerme la idea de que mi estado de ánimo se había nivelado. Mi sonrisa no existía, pero las lagrimas tampoco, el recuerdo de Emiliano flotaba debil en la atmosfera de mi vida, el sabor de los besos de Agus se estaba perdiendo y ahora mis labios solo sabian a ese gloss que siempre usaba. Mi mente estaba igual de vacía que mi corazón.

Me había anotado en un club de verano, estaba a un barrio del mio y podía ir y volver en colectivo, escuchando canciones que me llevaban aún mas lejos de lo que mi mente ya estaba. Creo que fué un viernes. Yo estaba caminando hacia la vereda, mis pasos no me ayudaban a avanzar, mi mirada estaba perdida y mi mente vagabundeaba en los cielos de vaya a saber que lugar. Tropecé con una chica. Iba apurada, cayó al suelo y se oyó el rasgarse de una tela. Ella solo miró su ostentoso vestido con los ojos húmedos, buscó con sus delicadas manos el rasguño del vestido, al encontrarlo lo acarició con la delicadeza de una reina. No le dió importancia a las raspaduras de sus rodillas, solo le importaba su vestido. Yo me quedé mirándola. Guardaba un enorme parecido a mi. Tenía mis mismas ondas color rubio ceniza y casi el mismo corte de cabello, su blancura era extrama, no tanto como la mia. Sus ojos eran color almendra y al trasluz daban un color miel o verdoso, todo dependía de los angulos del cual se la viera. Su perfil era casi idéntico al mio. Sus ojos se volvieron hacia los mios, se levantó del piso y me observó con detenimiento y sorpresa. Su cara casi angelical, me mostró una sonrisa cálida y me estiró su mano. La tomé y la apreté con delicadeza, temiendo que su fragil piel fuera a quebrarse. Su perfume, Chanel Nº 5, me inundó los pulmones.

-Virginia.

- Victoria. Perdón por lo del...

Ella miró su vestido, afligida. No quitó sus ojos de él mientras pronunciaba su pobre respuesta.

- Ah.. si....

- Si querés podés venir a mi casa, le digo a mi mamá que intente arreglarlo.

- En serio podría? Necesito estar en casa antes de las 20 hs.

- No te preocupes, supongo que si podría arreglarlo. No es nada.

- Muchas gracias!

Su sonrisa alumbró toda la Av. Arenales. Yo no estaba totalmente segura de que mi madre pusiera su mejor cara cuando llevara a casa a una desconocida y tampoco estaba segura de estar haciendo lo correcto, ya que solo la había conocido desde ahcia diez minutos.

Caminamos hasta la parada del colectivo, ella no tenia cospeles ni tampoco una cultura urbana muy extensa. Hablamos todo el camino y encontramos más similitudes entre nosotras, más de las que se podían ver a simple vista. Nuestras listas en los reproductores de mp3, que en ese entonces eran mucha tecnología, eran casi idénticas y nuestras colecciones de cds tambien. Durante el camino, ella me relató porque tenía tanto "apego" con ese vestido. Era modelo, como lo aparentaba. Tenía que ir en unos dias, casi dentro de un mes y medio, a capital para concursar en un casting de modelos para un famoso diseñador, aunque para mi, ocupaba el mismo lugar que tantas otras figuras "reconocidas", la ignorancia de mis pensamientos. Era realmente importante que quedara en el staf ya que le abriría un monton de puertas y era justo ese vestido el cierre de su magnifica presentación. Según se veía, eso significaba mucho para ella.

Habíamos llegado a casa. Vir se desplomó en una de las sillas del comedor y dejó caer su cabeza sobre la mesa.

- Esta subida me mató.

- Si, con el tiempo te acostumbrás. Jaja

Interrumpí a mi vieja y le pedí que por favor arreglara el costoso vestido y que lo hiciera lo mejor posible. No le quedó alternativa más que arreglarlo. Fuí a la cocina mientras esperabamos a que arreglara el vestido y serví coca - cola y oreos. Dejé el plato enfrente de Vir. Deboró casi todo el paquete de galletas y casi tomó litro y medio de la gaseosa. Parecía que no hubiera comido en dias. Mientras esa silueta perfecta comia desaforadamente, yo observaba un hermoso bolso qe estaba en la silla co ntigua, de él se asomaba un álbum de fotos, un porfolio, creo que le decía algo asi. A los 10 minutos de haber deborado todo lo que puse delante de ella, se levantó de la mesa e instintivamente fué hacia el baño. Tardó unos 20 minutos que me dieron tiempo para matar mi curiosidad. Saqué el album de fotos, ellas salia en todas elas con un vestido y peinado diferente, en todas se repetía su belleza y seguramente, aunque hubiera estado vestida de vagabunda, igualmente las fotos habrian salido perfectas. Dentro del bolso, tambien había una agenda, que yo, como buena curiosa que soy, abrí y ojié. Estaba repleta, todos eran compromisos con estilistas o clases de baile, yoga, gimnasio y psicologa, entre muchas otras. No aparecía ningun compromiso con amigos, ni tampoco habían numeros de telefono que hicieran alución a ellos. La agenda estaba repleta de obligaciones y nombres de personas cuyo valor sentimenta debía ser nulo. Cerré los dos cuadernos y los introducí de vuelta en el bolso. A los pocos minutos Virginia salió del baño, simultaneamente mi madre salió de su pieza con el vestido impecable.

- Muchas Gracias

- A sido un placer, Virginia.

- Igualmente, Verónica - mi cara se vió un poco aturdida ya que yo nunca le había dicho el nombre de mi madre, a parte de que su voz y su calidéz ya me resultaban desconcertantes.

Ella se volteó hacia mi y me pidió con su sonrisa hipnotisadora mi celular. No pude negarme. Lo anotó en su agenda con letra prolija, cortó de una de las últimas hojas un trozo de papel y con la misma letra anotó su telefono y su nombre.

Una bocina resonó entre la paz de mi calle, un auto importado estaba estacionado anfrente de nuestra casa.

- Me vinieron a buscar. Muchas Gracias Vicky! Espero que nos veamos pronto.

Me saludó con un suave beso en la mejilla y se alojó por la puerta dejando el aire impregnado con el olor a su perfume, Chanel Nº 5. Se subió al precioso auto importado y en un segundo la silueta de este se perdió en la lejanía.

27 nov 2009

Dolores

Había pasado al eufória de la navidad. Era 26 de diciembre y el cielo estaba hermoso, impecable y luminoso. Me había sentado en la ventana de mi pieza a leer y a escuchar el cd que mi mejor amigo me había regalado, mejor dicho, me había intercambiado. Estaba en pijamas, a pesar de que apenas eran las 8 de la noche.

El timbre sonó. Ale y Lucy me dieron un beso sandwinch de esos que me mataban. Detrás de ellas estaba él, con esa sonrisa perfecta, un kilo de helado y dos películas en la mano. Sus rulos estaban impecables como siempre, tenía olor a jazmines y su piel blanca estaba rojisa por el sol que había tomado el dia anterior mientras jugaba un partido de rugby con mi tio. Mi madre lo saludó y me miró levantando una ceja e insinuandome algo con su sonrisa, la odiaba. A los pocos minutos el timbre volvió a sonar, era el delibery, traia una pizza y media y tres gaseosas, el pobre hombre estuvo esperando veinte minutos en la puerta mientras buscabamos cambio, mejor dicho... mientras mi madre lo hacia a la vez que hablaba por telefono y se terminaba de vestir. Otra vez el timbre, eran mis tios. Yo trataba de leer, el insoportable bullicio que había en mi casa no me dejaba pero lo que mas me perturvaba era que él estaba ahi.

De un segundo a otro la casa quedó semi vacia. Ale y Lucy se habían ido a dormir y estabamos solamente nosotros dos en el living, comiendo pizza en silencio. Pizza de ananá y otra mitad de muzzarella, que convinación espantosa, pero Emiliano era el fanático del ananá. Comimos en silencio viendo trozos de peliculas y escuchando el live de metallica. No estabamos enojados, tal vez yo si, un poco, muy poco, me era casi imposible enojarme con él, pero el sentimiento que tenia en esos momentos iba desde amor a odio pasando por una lista interminable de otras sensaciones, hasta algunas ni siquiera podían etiquetarlas con alguna cosa semejante. Después de terminar las 4 porciones que nos habían dejado la nenas, con voz cortada me preguntó si queria ver las pelis, yo contesté con un "ajam" y me levanté con mi plato vacio en la mano y me abstube de mirarlo a sus ojos verdinegros. Estaba molesta, creo que conmigo misma, estaba molesta porque estaba al frente de la persona que amaba, la tenía a centimetros mios y me estaba lamentando no poder estar con él solo por mis caprichos infantiles. Había sido mi culpa, yo había jugado y había ganado, pero habia perdido lo más importante, lo había perdido. Escuché resonar en mi cabeza esas idiotas palabras que le había dicho hacia un par de meses atrás, no pude contener mi enojo y arrojé torpemente el plato al lavabajillas, fué obvio que se rompió. Él gritó desde el living, preguntó si estaba bien. Le dije que si, aunque no lo estaba. Me apresuré a juntar los trozos de vidrio, sentí un dolor en la palma de mi mano, no le di importancia, los tiré en el basurero, bien al fondo asi mi vieja no se enojaba por romper los paltos de su bajilla preferida. Volví con Emiliano.

La pelicula empezó. El estaba en una esquina del sillón comiendo helado de ananá y yo acurrucada en la otra jugando con mi helado de "oreo". No nos miramos ni un segundo. Emiliano estiró el pote de helado, aún seguía sin mirarme.

- ¿Querés?

- No

- Ah... Vicky Diki...

- No me digas asi

- Perdón... por todo.

- Por todo.. ¿qué?

- Debería haberte dicho sobre Katha. Quisiera explicartelo.

- Bueno, explicalo, no te estoy diciendo que no lo hagas.

- Yo estoy con Katha porque fué la única que logró ayudarme.

- Ayudarte?

- Si, es que cuando me fuí a mendoza y pasó lo que pasó yo estaba re mal porque... imaginate, fueron 4 años, crecimos juntos y que de un dia a otro no nos veamos más es re dificil, fui tu primer beso y fuiste el mio y mi primera novia tambien y mi primer amor y sé que hay cosas que no se sienten por otras personas tan facilmente y....

- Bueno! Sos demasiado dramático, no estires las cosas, hace esto menos llevadero...

- bueno, a lo que voy es .. te amo lo hice y ... te prometí que lo seguiría haciendo, pero se hace dificil. Kathalina me ayudó porque en cierta forma tengo mi mente tambien en ella y sos un obstaculo en mi vida, no en el mal sentido, pero no puedo vivir aferrado a vos, a tus recuerdos, no me sirve.

- Ah, un parche...

- ¿Un qué?

- No importa, después te explico. Yo tambien te amé.

- Perdoname

- Esta bien

- Una pregunta... Agus tambien se tiñó el pelo?


- No sé, supongo que tambien cumplirá su promesa. El azul me sienta bien...

- Si, cualquier color.

- No exagerés ¿ Te puedo preguntar algo?

- Lo que quieras.

- La amás?

- Si, bastante.

- Ah...

Volvimos a quedar en silencio. Una lágrima cayó por mi mejilla. No podía dejar que me viera llorar. La sequé con el puño de mi remera, estaba rojo, teñido en sangre, tenia un corte grande en la palma de mi mano, sangraba demasiado. La noche terminó con un doctor y silocaina. Emiliano se fué. Al dia siguiente me llamó para que fueramos a pasear. Realmente no quería. Le dije que me dolia la mano. El simplemente se fué, no tuve le valor de volver a despedirlo.

El fuerte dolor de mi mano se opacó con el dolor que él inocentemente me causó. Dolía demasiado... dolía el corazón.

26 nov 2009

Fuegos Artificiales

Era la noche de navidad, entré a casa de mis abuelos cubierta en regalos que tapaban el vestido azul que yo había diseñado unos meses atrás, la trenza que llevaaba en el cabello ocultaba a medias el mechón azul que caía por la parte irquierda de mi cabeza y el flequillo me cortaba a medias la visión. Sabía el camino de memoria. Pasillo a la derecha, derecho, pasando la puerta que dividia el living de la cocina y luego el patio. Ahi estaba el arbolito donde se suponia debía dejar los regalos, pero cuatro brazos frágiles y pequeños me acorralaron. Eran Ale y Lucy. Las dos me había abrazado y apretaban mi cintura, cosa que Agus había provocado que yo odiara. Tiré los regalos al piso, pero lo fragil, unas delicadas copas para mi abuela, de alguna extraña forma no se rompió. Después de estallar en carcajadas y de ser deborada a besos de mis primas, levanté la mirada y ai estaba. Sentado al lado del televisor, escuchando musica y mirandome con una expresión cerena y feliz. Yo estaba nerviosa, aunque no lo demostré, en ese momento había elegido mostrar mi parte menos comunicativa. Me acerqué hacia él y Emi se paró. Me saludó de esa forma tan peculiar en la que lo hace. Tomó mi mano izquierda y la apretó fuertemente ,tirándome hacía él y tomaba mi h ombro de una manera extraña mientras me daba un beso en la mejilla. Había empezado a añorar la manera en que lo hacía.

Las horas previas a las 24hs. transcurrieron sin sobresaltos, mi madre me obligó a sentarme a su lado y hablamos de cosas vacías en las que ninguno de los dos mostrabamos ni un poco de interes, no nos mirabos ni un solo segundo, hablábamos con los adoquines del piso que dificilmente nos podrían haber escuchado. Mientras Emi hablaba con los demás me inundé en un mar de pensamientos, el se veía tan hermoso, pero su mirada... estaba vidriosa y de vez en cuando me miraba con el rabillo de sus ojos, reía y cantaba sin vergüenza alguna, yo, como siempre, si la sentí, era demasiado desinhibido, y por supuesto que yo era lo contrario. Me encantaba esa forma de ser.

Eran casi las doce, faltaban poco minutos, todos estaban muy compenetrados en la apertura de los regalos y la sidra, ritual infaltable en casa. Yo, por otro lado, me encontraba sentada en el patio, viendo el cielo que siempre se veía violacio desde esa parte de la casa. Tenía mi celular entre mis manos, sonó.

- AND DID THEY GET TOU TO TRADE YOUR HEROS FOR GHOSTS?

Era nuestra canción...

- HOT ASHES FOR TREES?

Su voz resonó en mi oido y su cálido aliento rosó mi cuello.

- HOT AIR FOR A COOL BREEZE?

- Jaja, COLD COMFORT FOR CHANGE? AND DID YOU EXCHANGE

- A WALK FOR A PART IN THE WAR FOR A LEAD ROLE IN A CAGE?

-HOW I WISH, HOW I WISH YOU WERE HERE

-WE´RE JUST TWO LOST SOULS SWIMMINGIN A FISH BOW!

- Canto pésimo!

- Hay personas peores, no te preocupes, Jeje

-
Me dejás mucho más tranquila entonces, pero seguro estoy en el top ten de los peores.

- No, en el de los mejores.

- No exagerés.

Se sentó a mi lado, estabamos en silencio, mirando al cielo. Me rodeó con su brazo izquierdo y me recostó sobre su cuerpo. Yo solo tomé su mano, la enganché con la mia, se sentía muy bien. Apreté su mano muy fuerte, y pude ver que aún tenía mi anillo, ese que le había dado muchos años atrás, él me miró, esbosó una sonrisa, una de esas que a mí me encantaban, una de esas que me enamoraron.

Emiliano miraba fijamente al cielo. Aún no eran las doce pero ya se podían avistar unos cuantos fuegos artificiales que al reflejarse en sus ojos quebraban el negro intenso de éstos.

- ¿En qué pensás?

- En todo, principalmente en vos.

-Mmm... que interesante ¿podrías ser un poco más específico?

- Estaba pensando en que te tengo a cemntimetros míos, como antes y que teng o unas ganas enormes de besarte pero no....

Lo besé. Una vez más sus labios me hicieron sentir cosas que no puedo explicar. Eran las doce. Era navidad. Era feliz.

Sonó su celular. Demasiado rápido llegó ese mensaje teniendo en cuenta la distancia. Creo que era el destino, no me dejaba disfrutar.

"Feliz navidad mi amor! espero que la estes pasando lindi por allá! te amo muchis!"

Era Kathalina, su novia, el motivo por el cuál no queria besarme. Igual, lo olvidé, no me arruinaría navidad.

Ese fué el mejor regalo de todos, un beso. Perdí mi tristesa entre papeles rotos fuegos artificiales y burbujas de champagne. Él estaba ahi y eso era todo lo que quería.

23 nov 2009

Claveles Rosas

El cielo estaba violacio y plomiso, el viento cortante y violento. Estaban todos dormidos, yo era la única que no podía conciliar el sueño, y tambien era la que más lo necesitaba. Las agujas del reloj corrían confusas, algunos minutos parecian horas y otros, segundos.

Me senté en el ventanal de mi pieza, las luces de la ciudad producian un negro tornasol que hacían, en conjunto con el lila del firmamento, una vista encandilante para mis ojos, no me dejaba pensar. Ahi me quedé, esperando mi despedida, mirando a la nada, acordándome de... nada. Las horas pasaron y las nubes dieron su desfile sobre mi cabeza, faltaba solo media hora. Tenía mi uniforme planchado, estaba con apresto de la tintorería y apenas podía moverme. Bajé las escaleras, aún seguía vacía. El camino al colegio se hizo largo, mas que de costumbre, la presencia de flor me hacía mucha falta, su sonrisa matutina me ayudaba mucho, pero ella ya no estaba ahi, ella tambien se había ido.

El crepusculo estaba haciendo su entrada triunfal, a diferencia mia, que a causa del sueño estaba totalmente sin ganas de festejar mi despedida, y no supe aprobechar las luces de admiración que mostrabamos todas las alumnas de sexto.

En el curso estallaba la euforia y los nervios, yo, por otra parte era lo contrario. Mis ojos buscaron a Agus como todas las mañanas, no quise hacerlo adrede, era una reaccion automatica. Ella no estaba, no me sorprendió, hacia unos meses me había dicho que iba a tener que mudarse en el mes de diciembre, pero nunca imaginé que sería el dia de la despedida.

Con el pasar de los minutos la felicidad que invadia a las otras 31 personas que se encontraban conmigo me contagió. Olvidé el hecho de que Agus no se encontraba. Nos peinamos y pintamos y con Sol reimos interminable cantidad de veces hasta que nos dolió la cabeza.

Sol, era mi mejor amiga, aunque obviamente no se comparaba con Agus. Ella era totalmente aventurera y había vivido más que todas las chicas del curso. Era rubia y delgada y tenia una mi rada desafiante y una sonrisa que me hacía acordar a una historia de una mujer que atrapaba a los hombres con su sonrisa, no laa recordaba bien, solo recordaba la imagén que había formado del personaje cada vez que la veía. Con Sol fué que se nos ocurrió espiar el salón de actos en el cual las chicas de quinto estaban preparando nuestra fiesta. Mientrás estabamos en la hora de matemática, ella fingió tener nauseas y pidio ir al baño, obviamente yo hice de sentinela. Caminamos por el pasillo en silencio y doblamos en las escaleras, un poco despues de las grandes puertas del baño. Bajamos corriendo y estallando en carcajadas. Cruzamos el patio y abrimos un pequeña randija del gran portón blanco, Sol cerró el candado y la puerta que conducía al salón de teatro, que daba directamente con el salón de actos. Estabamos encerradas en una habitación multicolor decorada con flores y guirnaldas. Todo estaba lleno de comida y papel picado, unas enormes flores perfectamente hechas en papel crepé nos enamoraron, todo estaba demasiado lindo, teniendo en cuenta que las que habían hecho nuestra despedida eran esas nenas que nos odiaban. Debía reconocerlo, nosotras eramos demasiado engreidas, eran justificanles sus agreciones, pero despues de ver el hermoso trabajo que había hecho todo el rencor que nos teníamos quedó guardado en el placard de las escenografias.

Salimos, Sol volvió a cerrar la puerta ya que, como era la ayudante de la profe, tenia la llave del salón. Subimos al curso, nadie se había dado cuenta de que no habiamos ido al baño. Sol respondió a la pregunta de la profesora con un "muchiiisimo mejor" y soltó una carcajada enfrente de ésta, obviamente la mujer quedó desconcertada. Nos dirigimos por el pasillo hasta nuestros bancos, ella se sentaba en el penultimo y yo en el siguiente, y sin prestar atención a nuestro entorno seguimos hablando de nuestra travesía.

Quedé petrificada en frente de mi banco. No era creible lo que estaba viendo. Ahí estaba ella, en su lugar, a mi lado. Me sonreia como si nada, estaba radiante como siempre. Ella tomó el ruedo de mi pollera y me haló hacia la silla. Me abrazó y tomó mi mano, se sintió bien.

Llegó al hora, era momento de la despedida, fuimos todas exaltadas siguiendo exactamente los mismos pasos que habia hecho un rato antes con Sol. Solo que ahora era diferente, la intriga se había ido y la paz que generaba Agus en mi había vuelto.

La musica sonaba, Agus me tomó de la cintura, me hizo cosquillas, reimos, hablamos, nos empapamos en coca cola e hicimos guerras de comida. Volvimos a ser las de siempre. El dia transcurrió igual. Eramos felices.

Terminamos la fiesta, había sido perfecta. Con Agus nos habíamos robado las hermosas flores rojas que estaban en el decorado. Ella me llevó al curso y las escondimos debajo del banco en el que se sentó durante el tiempo en el que tratabamos de olvidarnos. Me llevó al ricón izquierdo del curso, nos agachamos, el helecho hacía una pobre imitación de cueva, pero era acojedor. Agus me dió un paquete pequeñó y me besó en el rabillo de mi labio. Ese fué su ultimo te amo.

La gran fiesta que le siguió a la despedida fué la última vez que la ví. Se sentó detrás mio durante la ceremonia y ambas estábamos compenetradas en nuestras familias y en la entrega de diplomas. La seguí amando durante mucho tiempo y lo sigo haciendo, solo que no de la manera en que lo hice antes. Nunca más supe sobre ella.

Ella desapareció entre claveles rosas y se llevó lo mejor de mi, pero me dejó lo mejor de ella a cambio...

21 nov 2009

Sin él, sin ella

El paso de los dias había levantado una pared de confusion en mi. Agus se había cambiado al banco que había a mi derecha, teniamos todo un banco para nosotras solas, no nos separaban nada más que 25 cm que parecian todo un océano de lejania, era como si estuviera en el otro lado del mundo. Su mirada había dejado de ser tan vigorosa y hermosa al igual que su sonrisa, ahora me miraba con cara de "perro mojado", como decía, y yo no podía... no podía mirarla a los ojos, cada segundo que la miraba era un recuerdo que me volvía a ella, cada parte de ella, cada rincón del colegio, todo tenía escrito su nombre en tinta invisible, todo estaba tapizado en recuerdos, no lo soportaba.

Todos los dias de la semana, que habian pasado de ser un paradisiaco descanso para mi alma a una tediosa carga, pero mi cuaderno me lo recordaba cada vez que podía. Éste estaba encabezado por una dedicatoria escrita en tinta color turquesa, ese color que me encantaba, con una letra improlija que tenía escrita las palabras que siempre me hicieron bien y mal a la vez.

Vicky: Sos la locura en persona, inmadura, sencible, graciosa pero a la vez todo lo contrario, te gusta el pop y esas canciones pre fabricadas que se venden por un tiempo y despues desaparecen, pero amás los grupos de los '60 y te gusta el jazz y el tango, tenés una personalidad unica, una sonrisa perfecta, que brilla pero no como la de las propagandas de los dentifricos, brilla como uan manera de mostrar lo que sos. Sos perfecta, perfecta para mi. Sos la unica que pudo estar conmigo cuando necesitaba a alguien, la unica que pudo salvarme, vos lo hiciste real, hiciste que yo pudiera creer en que se puede ser completamente feliz en la vida, te veo y no hay nada mñas, no hay nadie más, y me encantaria que pudieras saber como me siento en estos momentos, como te siento, como te amo.
Emi.


Ahi estaba, esa firma, ese nombre... ahi estaba parte de lo que era Emi, y si yo hubiera podido decirle en su carpeta lo que sentía, habria sido todo diferente, pero no. Ahi estaba yo, leyendo por milesima vez esa hermosa firma, acordandome de mi novio, de esa persona que me dio todo, esaa persona que me consigió una vida, que me amó... y yo solo se lo devolví con mi primer beso y un par de te amos con fundamentos. Debería haberle dicho todo lo que sentia de una vez pero ya estaba demasiado lejos, Agus me lo había advertido, pero estaba demasiado ciega, era tan terca que no pude ver que al seguir mi estúpida fantasia estaba persiendo al amor de mi vida.

11 nov 2009

Primavera sin Sonrisas

Septiembre y la euforia multicolor de las personas. Todos esperaban ansiosos la primavera, aunque ya estaba presente. Las flores ya habían abierto y se sentía la tibieza típica en el aire. La ciudad estaba repleta de flores de colores hechas en cartulina o papel afiche o algun otro papel de color, se empezaban a repartir folletos que invitaban a fiestas de la primavera o del dia del estudiante y algunos músicos contemporáneos inspiraban canciones en la llegada de una estacion tan igual que las demas. En el colegio no se olvidaban de ese espiritu primaveral, todo multicolor, carpetas y trabajos inspirados en el 21 de septiembre, preparativos para fiestas y felicidades... Yo, por otra parte, no la esperaba tan ansiosa como otros años. Que llegara la primavera implicaba que estaría un poco más cerca del dia en que todo terminaría. La melancolía iba ganandome el corazón de a poco y me daba cuenta de cuantas cosas tenía, de cuantas no queria perder y de otras cuantas que amaba, y entre ellas, la primera en al lista era Agus.

Durante un tiempo la relación con Agus siguió casi tan perfecta que antes. El hecho de mi cambio de colegio había empezado a desaparecer. No nos importó, nuestra amistad se hacía fuerte y crecia como lo hizo durante 7 años. Yo era la causante de una extensa cuenta de telefono, pero también, según ella era la causante de sus sonrisas diarias y cada vez crecian más... Más llamadas telefonicas y más risas. Más felicidad.

Septiembre avanzaba rápidamente y con cada día que corría me di cuenta que se iba un poco de mi.

La cantidad de libros a estudiar se multiplicaron, tenía que rendir un examen eximitorio para entrar a ese colegio. No pensaba en rendir bien, aunque igualmente me cambiarian de colegio. Los libros seguían aumentando. El colegio, la profesora particular, los cursillos de ingreso, la academia de inglés y danza. Mi agenda estaba repleta y asi empezaron a borrarse los espacios que antes ocupaba Agus.

Las llamadas empezaron por hacerse más cortas y ya no duraban dos horas como antes, sino escasos 15 minutos. Despues ni siquiera podía atenderlas y cuando podía llamar a Agus, no se encontraba. Intentos fallidos de contacto, solo me quedaban conversaciones clandestinas entre las clases y 10 recreos semanales para hablar con ella. Las llamadas cada vez eran menos frecuentes y terminaron siendo solo 2 a la semana y de unos 5 minutos de duración en los que le pedia las tareas del dia anterior o le preguntaba que había pasado en el capitulo de la novela que soliamos ver juntas.

Empezamos a olvidar esa simbiosis, esa necesidad de tenernos cerca. Nos olvidamos a propósito.

Florencia, la nueva compañera de aventuras de Agus, era totalmente igual a mi, era una curita que estaba tapando una cicatriz que había causado un capricho de mis padres. Había sido reemplasada ¿Donde estaba mi felicidad ahora? Agus se la había llevado y se la había entregado a alguien más, aunque faltaba ese condimento que solo nosotras podíamos ponerle a esa felicidad. Me hacía falta.

Necesitaba hablar con ella, preguntarle porque nuestras rutinas, nuestra amistad, porque todo se había acabado de la nada.

- Asumamoslo, es mejor asi.

- ¿Qué?! Te estás escuchando? mejor? Acabarlo todo asi?

- Si, te das cuenta todo lo que vas a perder si no entrás a ese colegio?

- Pero si entro voy a perderte, sos mi hermana!

- No soy tu hermana! Te quiero muchisimo! Me duele muchisimo tambien! Pero es lo mejor, tratar de olvidarnos, aunque nunca va a pasar. Pero tratemos de olvidar que por lo menos nos amamos. Yo encontré mi parche, por favor no lo arruines, tratemos de que cuando no estés más conmigo no sea tan doloros como lo ha sido estos últimos dias.

- Tu parche? Perdón, nunca quise que doliera, y a mi tambien me duele, pero no es la forma de solucionarlo.

- SI, Flor, nunca voy a sentir por ella lo que por vos, pero... No importa, se que nunca quisiste que esto pasara pero pasó y va a pasar, tratemos de que duela lo menos posible. No te olvides de que tenés el estudio y a Emi, yo soy lo menos impresindible.

- No sos lo menos impresindible... Te necesito.

- No me necesitás a mi, necesitas arreglar las cosas con Emi, necesitas entrar a ese colegio. Nunca te voy a olvidar Vi... Necesitamos dejar de hablar de esto. Necesitamos no hablar.


Y se fué, se fué dejandome una caja de recuerdos, de momentos hermosos, tirada en el piso. Fue tan facil para ella. Fué.-

6 nov 2009

Te amo

Amaba los lunes y cada dia de la semana. Agus era un poco de todo para mi. Eramos inseparables. Nos sentabamos al fondo en cada clase. Tomaba mi mano, reiamos, dibujabamos , nos haciamos dibujos y firmas en los brazos, haciamos lo que queriamos sin prejuicios ni llamados de ateción, nuestra posicion estrategica en el curso nos ayudaba, eramos felices.

Los recreos pasaban igual que las horas de clases, solo que una vez a la semana, generalmente los miercoles a las 10: 15, teniamos reuniones secretas en el baño, me enseñaba a besar, a saber apreciar los pequeños detalles, a sentir el verdadero sabor de sus labios y a sentirlo aún cuando los mios ya no rozaban con los suyos. Me enseñó a amar.

Mayo, Junio, Julio... los meses corrieron, corrieron siendo perfectamente imperfectos. No parecian meses sino segundos. Había perdido la nocion del tiempo y de la vida. Todo estaba bien. Agus era la persona que queria tener a mi lado. Amaba sus palabras, su sonrisa, sus ojos, sus besos, sus manos, sus carisias, amaba todo su ser, igual que Gus a mi, sus "te amo" eran tan transparentes, tan sencillos, tan ...

Cada dia era una aventura. Era Lunes, llegué a casa, eufórica. Tiré mi mochila y corrí a la cama. Enterré mi cabeza en la almohada y me puse a escuchar nuestra cancion. Entró mi vieja con una sonrisa que hacia su cara totalmente angelical, en su mano derecha tenía un papel blanco. Me dió la peor noticia de mi vida. Me había inscripto en otro colegio. Mi corazón se detuvo. Lo primero que cruzó por mi cabeza fué la imagen de Agus y yo viviendo sin mi mitad ¿Como iba a hacerlo?

No tenía valor para decirle, no podía, si le decía iba a romperse lo nuestro, sabíamos que no iba a ser igual, nuevos compañeros, nuevos uniformes, no podía, pero tenía que hacerlo.


- Vicky!

- Agus... tengo que decirte algo...

- ¿Qué?

- Me voy a...

- ¿A qué? Me estás poniendo nerviosa.

- Me van a cambiar de colegio ¿Sabés todo lo que significa no?

- Esto se va a...¿ acabar?

- No quiero que se acabe Agus, no quiero!

- Yo tampoco! Te amo lo sabés?

- Me lo has dicho en varias oportunidades... Tambien te amo Agus.

Perfectamente Imperfecto

Todas las cosas que Carlos me habia dicho estaban dandome vueltas en la cabeza, se habia borrado parte de lo que en ese momento completaba mi infantil vida. Empezaba a preguntarme si él realmente era mi amigo o mi enemigo encubierto...

Estaba en estado de shock, entré al colegio por inercia, estaba lloviendo. Corrí debajo de las gotas de agua, me gustaba sentirlas rozar en mi cara, subí las escaleras, el barandal estaba frio. A pesar de que ya estaba bajo techo sentia que algo seguía cayendo por mis mejillas. Deseaba no haber escuchado esas cosas... deseaba olvidarlo todo. Mi mano tomó el frio picaporte de la puerta y lo giré, se rompió la melodia generada por la lluvia. Treinta y tres voces que estallaban en risas al unisono, la euforia de tres decenas de almas jóvenes y puras.

Caminé hasta la primera fila de bancos. Me sobresalté. Un par de manos estaban rodeando mi cintura y apretándola adrede, Agus sabía que odiaba que me hicieran eso, de todos modos lo hacia y despues de que la insultaba terminabamos riendonos. Me dió un beso en la mejillas y me saludó con un cálido "vicky!" como todas las mañanas.Nos sentamos en nuestras sillas celestes, se sentó a mi lado como todos los dias.

En la clase de matemática, mientras esperabamos a que tocara el timbre Agus apoyó su cabeza sobre sus brazos y me miró desde el frío escritorio. Sus ojos eran serenos y hacian juego con su tierna sonrisa.

- ¿Qué te pasa?

- Nada

- Yo sé que algo te pasa, tus ojos te delatan.

- En serio, no me pasa nada, estoy bien.

- Bueno, como digas, podés mentirle a cualquiera menos a mi, sabés que te conosco mejor que a nadie.

El timbre sonó. Tenía razón, yo no estaba para nada bien, tenía ganas de salir corriendo, de hecharme a llorar, pero no queria hacer una escena deprimente frente a todos. Ya no quedaba casi nadie dentro del aula. Fuí al baño y me encerré en el último de todos, en ese al que nadie iba porque siempre era el que se olvidaban de arreglar, o el de las historia de fantasmas. A mi no me importaba. Di vuelta la cerradura, me senté en el frio piso y lloré, lloré, lloré hasta no saber mi nombre. Queria morir. Sentí unos pasos, se pararon justo enfrente del baño en el que estaba.

- Abrime

- No

- Dale, no seas idiota. En un momento asi lo menos aconsejable es estar solo, te autodeprimís.

Abrí la puerta. Agus entró y se sentó a mi lado.

- ¿No me vas a contar porqué estas asi?

- Carlos me dijo algo, me duele saber que mi tia...

- Entiendo... No te preocupes más por eso. Ahora me tenés acá, llorá reí o si necesitas hasta podés pegarme.

- Jaja gracias, pero no te pegaría nunca.

- Ya lo has hecho...

- Pero jugando.

- Si, como nos divertíamos ¿Cierto?

- Si, como quisiera que volvieramos a ser como antes.

- Yo tambien, pero sería un poco monotono que tuvieramos siempre 8 años, en todo caso no viviriamos como se debe. La adolescencia, la infancia, la vejez, todo es parte de vivir, igual que lo que estás pasando ahora, estás cosas siempre pasan, la vida no siempre es perfecta, pero podés verla perfectamente imperfecta, podés ser feliz.

- Gracias, me hace bien hablar con vos. Tendrias que estudiar psicología.

- Sabés que voy a estudiar derecho con vos.

- Cierto. Sos genial ¿sabias?

- Me lo han dicho un par de veces...

- Jaja

Me abrazó y me empezó a hacer cosquillas, yo pateaba las paredes prefabricadas del baño y Agus estallaba en risas. Me besó en la mejilla, en el cuello y en la frente, yo solo reía. Me volvió a abrazar con todas sus fuerzas, yo tambien lo hice. Me soltó y espontaneamente sus labios rozaron los mios. Hubo un segundo de silencio. Me sonreía y yo igual. Sus ojos estaban encendidos, eufóricos, no podían apartarse de los mios, estaban inquietos. Miró mis labios y yo los suyos. No supe bien en que momento, pero ahi estaban, sus suaves labios precionaban los mios, era muy dulce, fué inexplicablemente hermoso. Fue agridulce, suave pero a la vez fuerte, no fué ni corto ni largo. Fué perfecto. El principio dulce, el desarrollo potente, el final agrio. La campana nos despertó, rompió nuestra inesperada ilusión.

Se levantó y sacudió su uniforme. Estiró su mano y me ayudó a pararme. Yo estaba atónita. Me tiró del brazo y fuimos corriendo hasta el aula. Me habia olvidado del hecho por el cual lloraba. Solo me acordaba de esos 15 minutos.


30 oct 2009

Despedidas?

Habia llegado el dia, en el segundo instante en el que llegué se sintió el vacio... Ya no estaban, no estaba Nicolás en la cabina telefonica esperando a sus amigos ni mi celador temporal en la puerta de la libreria. Saludé a todos como hacia siempre, corrí a abrazar a Timmy y caminamos al quiosco de la otra cuadra. No venía, no veia si mirada perdida, ni su mochila escandalosamente verde; tampoco estaba Aye ni su hermana. El vacio empezaba a sentirse.

Sabia que iba a doler, sabia que tenia que pasar, pero no podia pensar en eso, no todavia. A escondidas saqué Gancia de mi casa, era demasiado chica para comprar en un quiosco y de todos modos, no me hubieran vendido a las siete de la mañana. Pensaba que el alcohol podría ayudarme en algo... solo me hizo peor.

Volvimos con Timmy al colegio, mis ojos los buscaban, Joaquín no estaba, Lucas i Nicolás tampoco, solo el hermano de uno de ellos, pero él no era nada sin sus refuerzos. No habia nadie. Sus miradas faltaban, faltaban nuestras enfrentaciones épicas y silenciosas. No se habian ido y ya empezaba a extrañarlos.

Entré, no sentía nada, estaba vacia. Habia olvidado mi mochila y me habia llevado la de mi mejor amiga conmigo. Fui corriendo a devolversela. Cuando subí por las escaleras estaban ellas, las chicas de la promoción, vestidas con sus ropas menos elegantes, esas que usarian para tirarse a la fuente y yo ahi... con mi uniforme usado y rayado con tiza. Ellas se estaban llendo y yo ni siquiera habia logrado integrarme. El aire del tercer piso estaba denso. Entré corriendo y grité, como siempre, Timmy me miró y nadie más, reacción rara para el momento de izar la bandera, había roto el silencio sagrado del patritismo y a pesar de eso, no me dijeron nada.

Ellos no habian llegado, se notaba en todo el colegio, primera hora... primer recreo... sin ellos sentados al lado del arco vestido con enredaderas. No estaban. Estaba Lola ahi, conmigo, sintiendo lo mismo que yo. Pero con fundamentos. Sonó la campana, gritos, todos corriendo a la ventana, yo estaba petrificada, me dolia el estomago y la cabeza. Necesitaba salir corriendo. No tuve las fuerzas para verlos. Me sentia mal, lloré, lloré en el baño, lloré enjaulada detras de la reja que separaba el vacio de el lugar mas seguro del colegio. No podía, no sabia que sentía, los escuchaba cantar, los veía, los sentía... No entendia porque tenia ese ardor en el pecho y porque caian lagrimas por mis mejillas. Cantaron el himno del colegio, se tiraron a la fuente, estaban tan euforicos y a la vez tan melancólicos. Estaban hermosos, los 90 adolescentes que egresaban, que dejaba una parte de sus vidas, tal vez para empezar con otra, con nuevas experiencias y momentos que los haria seguir creciendo. Dejaban todo, pero a la vez nada. Sentía su ida como la mia. Tenia la necesidad de abrazarlos, solo a uno aunque no lo conociera. Pero hubiera sido vista como una psicopata, como en el cuento que habia leido el año pasado. Queria decirles a Lucas, Nicolás, Joaquin y a él que los extrañaria, pero ellos simplemente me odiaban. Me tomaban como su blanco de insultos y de bromas y yo hacia lo mismo, entonces... porque lloraba? Porque sentia la necesidad de tener sus sonrisas a centimetros de la mia? Porque no quería dejar que se fueran? Sería por él? Eso era demasiado improvable. Lo quería, odiaba que hiciera algunas cosas y amaba que hiciera otras, me gustaba. Pero no lloraba por él, no en serio.

Me habia acostumbrado a vivir con ellos, a "jugar", y creo que ellos se lo tomaron parecido. Se habían tornado parte de mi rutina y ahora se acababa todo. Estaba cansada de cambios, estaba cansada de que todo durara tan poco, me acorralaban las oleadas de inestabilidad. Ellos eran parte de lo que hacia todos los dias ¿Porque tenian que irse justo ahora?

Era patético verme llorar asi, no tenia escusas, y no encontraba las respuestas a las preguntas que me habia hecho, pero solo una me importaba realmente ¿Porque me dolía de esa forma? Por ahora solo queria por lo menos decirles adiós...