23 dic 2009

Viaje de despedida

Era domingo, esos típicos domingos con los que te tomás el dia y te desenchufás. Estaba amaneciendo, todavia el cielo estaba de un cálido azul, la luna brillaba con menos nitidéz. Subimos a su auto y nos dejamos impregnar de vida. El aire frio de la ruta chocaba con nuestras caras y probocaba risas puras y hermosas. Después de un par de "horas liebres" llegamos a una cabaña, era de la madre de Virginia, tenia una vista hermosa, se observaban las sierras y una que otra casita en la ladera. Dejamos nuestros bolsos en una pieza pequeña, arriba de unas camas tendidas con cubrecamas totalmente blancos, todavia con apresto y olor a naftalina. Volvimos a salir en su impecable auto, fuimos a almorzar a un pequeño restaurant de las sierras. Había sido una de las pocas veces en que Virginia realmente había comido. Se veía saludable, explendorosa y con una belleza única. Esta vez sus ojos reflejaban felicidad. No volvimos a la cabaña por un largo rato. Fuimos a un camping en donde, antes de darnos cuenta que nos nos gustaban, tomamos mates extremadamente dulces y mal cebados. Fuimos a Carlos Paz, alquilamos un barquito de esos que solian estar en la costanera y nos subimos torpemente a este. Nos miramos, eramos dos inútiles que no sabían usarlo, por lo que nuestro viaje en bote fue una lluvia de carcajadas y, como era de esperarse terminamos empapadas.

Con el maquillaje corrido, las remeras húmedas y todos nuestro cabellos desastrosamente peinados fuimos a recorrer el lugar. Sacamos unos tiquets para el teatro, era una obra cómica, no me acuerdo bien de que era, iriamos a verla el dia siguiente. Tomamos una coca - cola y hablamos, reimos y alguna que otra lágrima se escapó, pero no mas de dos o tres. Ya siendo las 18 hs encontramos un lugar extraño, se llamaba la casa de gasper o algo asi, nuestro espíritu de niñas, el mio potenciado ya que seguia siendo una simple nena, nos impulsó a entrar. ra una estupidés, una casita en donde todo estaba dado vuelta, el agua de las canillas corria hacia arriba, sillas en las paredes, era como caminar en el techo. Nosotras nos burlabamos de los supuestos habitantes de la casita y de las historias que contaba la presentadora, y de vez en cuando una que otra persona reia con nosotras, dejando a la pobre guía hablando sola. Cuando salimos del lugar, vimos como la chica suspiraba y se peinaba la cabellera con la mano, se dió cuenta que la estabamos mirando y nos mató con su mirada, creo que nos estaba advirtiendo que no volviéramos al lugar, nosotras solo nos reimos en su cara, otra vez.

Caída la noche, estabamos encaminadas a la cabaña. Las horas que le siguieron fueron momentos interminables de euforia. Hicimos una fogata con nuestros viejos uniformes de colegio, quemamos unas cuantas sábanas, bailamos, cantamos, tomamos gancia y Vir unas cuantas cosas más. Terminamos durmiendo en medio del living, abrazadas y pintadas con acrílico, de los que Virginia habia llevado al viaje para intentar pintar algo, cosa que obviamente ya no haría.

Los dos dias sigueintes fueron igual de emocionantes, aerosilla, rock and roll, pinturas, fuego y muchisimas cosas más. Estabamos felices, tanto que olvidamos los tickets del teatro. Pero nuestro pequño viaje debía acabarse en algun momento.

Era martes, las valijas estaban hechas y la cabaña estaba esperando volver a sumergirse en soledad. Nosotras estábamos sentadas en el pasto, observando como caía el sol detrás de las imponentes montañas, se despedía de las grama con un ultimo soplo de luz y el calor acariciaba nuestros rostros de una manera sutil y terminaba jugando con los pocos rayos luminicos que quedaban flotando en el aire, dándonos efectos cautivantes y hermosos de luz y oscuridad, donde los dos opuestos se complementaban para formar algo fantástico. Nunca había visto un simple atardecer de esa manera. Fue un momento corto, lo que tarda el sol en ponerse, unos 10 o 15 minutos, no más, minutos en los que permanecimos en silencio, o eso era lo poco que recordaba.

Tres años después, hablando con alguien de mi colegio, recordé que ella me había dicho algo aquella tarde, algo que nunca había entendido. Estaba hablando con mi compañero sobre su viaje de estudio y me acordé de manera inconciente de lo que Virginia me habia dicho esa tarde y pude entender el porque.

"Es como el viaje de estudio que nunca tuvimos, cierto? Es la cubierta dulce del final. Sería muy bueno que todos los finales fueran asi, no?"

Nunca entendí porque me decía lo de los finales ni lo del viaje de estudio, pero después de hablar sobre el tema me di cuenta de lo que realmente significaba un viaje de estudio. Viéndolo como todos los demás, de la manera más simple posible, el viaje de estudio era como un premio, una recompensa a los años de estudio, pero tambien era un monmento de desenfreno total en donde ese sueño de vivir en bailes, fiestas y amigos se hace realidad. Pero son solo unos dias. El viaje de estudio era solo el puntal del arbol de navidad, la manera de terminar la rutina de años y empezar de vuelta, con o sin ciertas personas, algunas seguirán a nuestro lado y otras simplemente se irían. Pero siempre permanecía el recuerdo feliz y la coronacion de un periodo dorado, el viaje de estudio.

Después de mucho tiempo entendí que nuestro viaje fue solo una manera de cubrir el agrio sabor de un adiós, con la diversion y la felicidad de un viaje sin escrúpulos.

17 dic 2009

Puerta de escape

Lo que pasó con Virginia después, es indescriptible, no solo por la cantidad de cossas que hicimos sino por los sentimientos que se fueron acumulando en tan poco tiempo. En un mes y medio nuestra amistad se hizo enorme, nos conocimos a fondo, y eramos como hermanas, nuestras mentes estaban conectadas y nuestras pieles parecian cortadas del mismo mantel. Durante ese poco tiempo ella me mostró cosas que yo nunca antes había tenido a mi alcance, me mostró el mundo desde su perspectiva y yo, le mostré el mio. Empecé a descubrir llos excesos de los cuales ella era pricionera y yo me comprenetré en ellos tambien.

Había ido una semana completa a hospedarme en su casa. Comencé a darme cuenta de que no comía nada y que cuando lo hacía iba al baño y vomitaba. Traté de hacerle entender que estaba enferma y debía hacerse tratar, ella no me hizo caso, estaba enferma, estaba loca. Luego de una semana, yo pasé a estarlo tambien. Terminamos mediados de febrero siendo dos bulímicas de mierda. Yo no había comido nada por aproximadamente 1 semana y media, no era mucho, algo soportaba, por otro lado, Vir, estaba demasiado demacrada, pero empecé a notar que ya no solo era su bulimia lo que la afectaba. Una noche, la senté en el patio de su casa, alejado de todo, estabamos debajo de las nubes, el cielo estaba violacio, plomiso. Ella ya casi no podía sostenerse en pie. Yo, en cambio, podía sostenerme unos minutos. Me miró con sus ojos mojados.

- ¿Qué te pasa? Te estás matando.

Ella no me respondía, solo miraba al piso. Empezó a morder sus uñas, era su tick nervioso. Pude ver sus brazos, estaban todos pinchados, entonces pude entender lo que pasaba.

- Virginia, tenés que comer algo ¿Te has visto? Me duele, estás muriendo.

Despues de unos minutos me contestó.

- ¿Y nunca pensaste que en verdad quiero morir?

Me arrodillé ante ella, la abracé, ella se aferró a mi con las pocas fuerzas que le quedaban. Le acaricié las lastimaduras. Se desvaneció en mis brazos. Nos quedamos con ella debajo de un árbol. Estaba tan pacífica, respiraba tan traquila. Estaba en paz, fuera de este mundo, viviendo sus propios sueños, siendo felíz entre ilusiones, para esperar despertarse al dia siguiente para vivir el infierno que le había tocado. Ahora, estaba sonriendo, un ángel dormía debajo de las gotas de lluvía que se filtraban entre las ramas, mañana, ese angel, se convertiría en otra alma gris y perdida, en otra adicta. Solo quería verla asi de perfecta como el primer dia en que la conocí, pero mi estado no me lo permitío, nos dormimos. No despertamos por un largo tiempo.

16 dic 2009

Libertad y una carta de despedida

Hoy he estado confundida, acordándome. Cuando me desperté esta mañana y me vi en el espejo me reí, como hacia mucho no hacia. Estaba envuelta en una remera enooooorme, como esa que usé ESA vez... bueno, vos sabés. Fuí al baño y me paré enfrente del espejo. Tenía una sonrisa enorme y todo el delineador corrido, pero a pesar de eso me gusté. Entonces me acordé, había soñado con vos, un sueño muy gracioso por cierto, en ese sueño yo tenia una colita al costado, bien alta, hice lo mismo con mi pelo esta mañana. Puse musica, de esa que vos NUNCA escucharias, pero a pesar de eso me hizo acordar a vos. Pinté. Pinté porque estaba feliz y podía ver la vida con colores, mientras lo hacía, bailaba, terminé toda pintada, estaba multicolor. Me reí toda la mañana, y me acordé de un montón de cosas que hicieron que mis ojitos tuvieran el brillo que tenian antes, pero principalmente me acordé de eso que es re poquito, pero para mi valió mucho. Y ahora me llegó un mensaje, como esos incoherentes que me sabías mandar, y es un numero que no conosco, pero me ilusioné pensando que podías llegar a ser vos, porque en cierta manera extraño tus flashes. Con esto no te quiero decir que te amo, porque me resulta de mil maneras imposible, sos casi un desconocido para mí y yo todavia le escribo cosas a alguien que me robó el alma y lo que se podía decir "corazon", pero tampoco lo amo. A lo que voy es a que te quiero mucho, pero en serio, mucho mas de la forma en que tal vez vos decías hacerlo, sinceramente, en el fondo no te creía cuando me decias que me querías pero me gustaba ilusionarme con que era cierto, me gustabas, bah! me gustás. Me gustaba hablar con vos y mandarme mensajes y todas esass boludeces, creo que era porque me caías re bien y te encontraba super interesante, aunque la mayoría del tiempo me sentía como una nena caprichosa de 6 años. Fuiste como mi hermano mayor? Bueno, no se si tanto así pero te sentía de una manera parecida. Y si, me dolió el pensar que ya no te iba a ver desde las ventanas, me sincero, pero tambien es cierto que ya no te entendía, aunque al final no me importó mucho hacerlo, solo fué una escusa para terminar nuestra relación no relación porque no quería serguir encariñándome con algo que tenía fecha de expiración porque después seguramente dolería mucho más. Creo que tenía que decirte esto, aunque realmente se lo cuento a 5 personas que leen mi blog, y ninguna de ellas sos vos, aunque realmente me gustaría habertelo dicho.

Te aclaro que no soy una loca paranóica obsesionada con vos, jaja, solo soy una cachorra fiel y sentimentalista (pero NO enamorada) que se encariñó con su dueño de temporada. Gracias, la pasé muy bien y me hiciste feliz. Te quiero. Chau

Pd: lectores/as, no conocen esta historia, seguro, me adelante bastante, pero después la van a entender, al igual que el primer posteo. Xoxo

8 dic 2009

Finales y Comienzos

Botella de sidra, turron, pan dulce, cohetes costosos y reunion familiar. Fin de año. Un gastaredo de crédito increible. Mil mensajes en el celular, todos de disferentes personas pero todos decían lo mismo: "Feliz año nuevo". Que poca creatividad para mandar un mensaje, por lo menos se acordaban de saludar. A eso de las 12:45, una vez que había mermado un poco la lluvia de mensajes, uno totalmente diferente entró a mi bandeja de mensajes.

"Feliz Año nuevo, Vicky!. Me resulta raro estar mandandole un mensaje a alguien que vi solo una vez, pero me caiste bien. Me has dado un lindo comienzo de año. Queres venir a cenar uno de estos dias? Espero que me digas que si! Que la pases Bien. Xoxo.
El mensaje me resultó desconcertante. Era lindo saber que alguien se había esmerado en hacerme un saludo un poco ams diferente que los demás, pero me resultó inapropiada la invitacion, siendo que nos habíamos visto solo una vez y tambien porque casi todas las personas normales estaban festejando año nuevo. A parte, que mierda era Xoxo? Intenté contestarle, no habia pensado en si ir a la casa de una desconocida o no, pero lo menos que podía hacer era devolverle el saludo. Las lineas estaban saturadas, asi que tuve que esperar en mandarle mi contestación, y como si eso fuera poco, el celular se estaba desprogamando, otra vez, de manera que era un logro enorme poder mandar un mensaje a la persona a la cual se lo queria mandar.

Gime, mi tia, estaba al otro lado de la mesa, igualmente ensimismada en su celular, por lo que pensé en molestarla y tratar de mandarle un mensaje, para probar si con suerte la linea resppondia, aunque lo dudaba.
"Que tengas un Infeliz año viejo! podrían inovar diciendo cosas asi, un poco mas reales no? Jaja, hoy me agarraron pesimista, si me llega un mensaje mas que diga lo mismo que los otros 178 voy a tirar el celular a la parrilla. Chau anorexic (: te quiero. "

Ese mensaje, como era de esperarse, se mandó a todos los "ultimos usados", entre ellos, estaba tambien el num de Vir, ya que, no habia respondido, pero igual lo marcaba como usado. Los siguientes 25 mensajes fueron insultos o disculpas por desearme un feliz año nuevo. Entre ellos habia uno de Virginia.
"Disculpame, pensé que hacia bien mandandote un mensaje, Nos vemos"

Despues, cuando la linea se habia descongestionado, mandé un mensaje de disculpa a los 25 anteriores y uno especial para Virgi. Posteriormente se desató una cadena de mensajes que a eso de las 5 am me llevaron a aceptar su invitacion.

Dos dias después, fui a encontrarme con una perfecta extraña sin saber con que me encontraria. El auto se paró despues de 30 minutos de viaje, con un par de paradas obviamente.
Bajé del auto. Frente a mi se alzaba a tipica mansión estadounidense de las películas, en sus paredes predominaba el blanco, manchado con enrredaderas de un verde intenso y ventanales enormes, un patio enorme y pulcramente cortado me daba la bienvenida con aromas de jazmines del pais. Me padre, compresivo como siempre, no esperó ni siquiera a que me asegurara de que en la casa había alguien. Se fué. Toqué el timbre y al cabo de unos segundos un hombre, bastante mayor, me abrió el portón automático. Entré a la casa, era sobria, elegante, pero se sentía un aire de soledad en toda ella. Era demasiado hermosa para describirla con detalles. Subí unas escaleras, llegué a la habitación de Vir. Ella estaba bailando sobre su cama, una escena realmente graciosa. Reimos, contamos anecdotas y más entrada la noche ella me invitó a tomar un helado a la cocina de su casa. Así empezó a crecer algo entre nosotras, fuimos felicez esas pocas horas, modelabamos nuestras sonrisas y borrabamos los rastros de lágrimas que habían en el fondo de nuestro corazón.

3 dic 2009

Vientos de "Chanel Nº 5"

Casi terminando diciembre, el año estaba armando sus valijas y cerraba la puerta que encerraría todo detrás de las rejas del pasado y las nieblas del olvido, con el tiempo y la llegada de las lluvias otoñales, irían enterrando las memorias que con cuidado, o no, había construido.

Durante las últimas semanas, había logrado hacerme la idea de que mi estado de ánimo se había nivelado. Mi sonrisa no existía, pero las lagrimas tampoco, el recuerdo de Emiliano flotaba debil en la atmosfera de mi vida, el sabor de los besos de Agus se estaba perdiendo y ahora mis labios solo sabian a ese gloss que siempre usaba. Mi mente estaba igual de vacía que mi corazón.

Me había anotado en un club de verano, estaba a un barrio del mio y podía ir y volver en colectivo, escuchando canciones que me llevaban aún mas lejos de lo que mi mente ya estaba. Creo que fué un viernes. Yo estaba caminando hacia la vereda, mis pasos no me ayudaban a avanzar, mi mirada estaba perdida y mi mente vagabundeaba en los cielos de vaya a saber que lugar. Tropecé con una chica. Iba apurada, cayó al suelo y se oyó el rasgarse de una tela. Ella solo miró su ostentoso vestido con los ojos húmedos, buscó con sus delicadas manos el rasguño del vestido, al encontrarlo lo acarició con la delicadeza de una reina. No le dió importancia a las raspaduras de sus rodillas, solo le importaba su vestido. Yo me quedé mirándola. Guardaba un enorme parecido a mi. Tenía mis mismas ondas color rubio ceniza y casi el mismo corte de cabello, su blancura era extrama, no tanto como la mia. Sus ojos eran color almendra y al trasluz daban un color miel o verdoso, todo dependía de los angulos del cual se la viera. Su perfil era casi idéntico al mio. Sus ojos se volvieron hacia los mios, se levantó del piso y me observó con detenimiento y sorpresa. Su cara casi angelical, me mostró una sonrisa cálida y me estiró su mano. La tomé y la apreté con delicadeza, temiendo que su fragil piel fuera a quebrarse. Su perfume, Chanel Nº 5, me inundó los pulmones.

-Virginia.

- Victoria. Perdón por lo del...

Ella miró su vestido, afligida. No quitó sus ojos de él mientras pronunciaba su pobre respuesta.

- Ah.. si....

- Si querés podés venir a mi casa, le digo a mi mamá que intente arreglarlo.

- En serio podría? Necesito estar en casa antes de las 20 hs.

- No te preocupes, supongo que si podría arreglarlo. No es nada.

- Muchas gracias!

Su sonrisa alumbró toda la Av. Arenales. Yo no estaba totalmente segura de que mi madre pusiera su mejor cara cuando llevara a casa a una desconocida y tampoco estaba segura de estar haciendo lo correcto, ya que solo la había conocido desde ahcia diez minutos.

Caminamos hasta la parada del colectivo, ella no tenia cospeles ni tampoco una cultura urbana muy extensa. Hablamos todo el camino y encontramos más similitudes entre nosotras, más de las que se podían ver a simple vista. Nuestras listas en los reproductores de mp3, que en ese entonces eran mucha tecnología, eran casi idénticas y nuestras colecciones de cds tambien. Durante el camino, ella me relató porque tenía tanto "apego" con ese vestido. Era modelo, como lo aparentaba. Tenía que ir en unos dias, casi dentro de un mes y medio, a capital para concursar en un casting de modelos para un famoso diseñador, aunque para mi, ocupaba el mismo lugar que tantas otras figuras "reconocidas", la ignorancia de mis pensamientos. Era realmente importante que quedara en el staf ya que le abriría un monton de puertas y era justo ese vestido el cierre de su magnifica presentación. Según se veía, eso significaba mucho para ella.

Habíamos llegado a casa. Vir se desplomó en una de las sillas del comedor y dejó caer su cabeza sobre la mesa.

- Esta subida me mató.

- Si, con el tiempo te acostumbrás. Jaja

Interrumpí a mi vieja y le pedí que por favor arreglara el costoso vestido y que lo hiciera lo mejor posible. No le quedó alternativa más que arreglarlo. Fuí a la cocina mientras esperabamos a que arreglara el vestido y serví coca - cola y oreos. Dejé el plato enfrente de Vir. Deboró casi todo el paquete de galletas y casi tomó litro y medio de la gaseosa. Parecía que no hubiera comido en dias. Mientras esa silueta perfecta comia desaforadamente, yo observaba un hermoso bolso qe estaba en la silla co ntigua, de él se asomaba un álbum de fotos, un porfolio, creo que le decía algo asi. A los 10 minutos de haber deborado todo lo que puse delante de ella, se levantó de la mesa e instintivamente fué hacia el baño. Tardó unos 20 minutos que me dieron tiempo para matar mi curiosidad. Saqué el album de fotos, ellas salia en todas elas con un vestido y peinado diferente, en todas se repetía su belleza y seguramente, aunque hubiera estado vestida de vagabunda, igualmente las fotos habrian salido perfectas. Dentro del bolso, tambien había una agenda, que yo, como buena curiosa que soy, abrí y ojié. Estaba repleta, todos eran compromisos con estilistas o clases de baile, yoga, gimnasio y psicologa, entre muchas otras. No aparecía ningun compromiso con amigos, ni tampoco habían numeros de telefono que hicieran alución a ellos. La agenda estaba repleta de obligaciones y nombres de personas cuyo valor sentimenta debía ser nulo. Cerré los dos cuadernos y los introducí de vuelta en el bolso. A los pocos minutos Virginia salió del baño, simultaneamente mi madre salió de su pieza con el vestido impecable.

- Muchas Gracias

- A sido un placer, Virginia.

- Igualmente, Verónica - mi cara se vió un poco aturdida ya que yo nunca le había dicho el nombre de mi madre, a parte de que su voz y su calidéz ya me resultaban desconcertantes.

Ella se volteó hacia mi y me pidió con su sonrisa hipnotisadora mi celular. No pude negarme. Lo anotó en su agenda con letra prolija, cortó de una de las últimas hojas un trozo de papel y con la misma letra anotó su telefono y su nombre.

Una bocina resonó entre la paz de mi calle, un auto importado estaba estacionado anfrente de nuestra casa.

- Me vinieron a buscar. Muchas Gracias Vicky! Espero que nos veamos pronto.

Me saludó con un suave beso en la mejilla y se alojó por la puerta dejando el aire impregnado con el olor a su perfume, Chanel Nº 5. Se subió al precioso auto importado y en un segundo la silueta de este se perdió en la lejanía.