27 nov 2009

Dolores

Había pasado al eufória de la navidad. Era 26 de diciembre y el cielo estaba hermoso, impecable y luminoso. Me había sentado en la ventana de mi pieza a leer y a escuchar el cd que mi mejor amigo me había regalado, mejor dicho, me había intercambiado. Estaba en pijamas, a pesar de que apenas eran las 8 de la noche.

El timbre sonó. Ale y Lucy me dieron un beso sandwinch de esos que me mataban. Detrás de ellas estaba él, con esa sonrisa perfecta, un kilo de helado y dos películas en la mano. Sus rulos estaban impecables como siempre, tenía olor a jazmines y su piel blanca estaba rojisa por el sol que había tomado el dia anterior mientras jugaba un partido de rugby con mi tio. Mi madre lo saludó y me miró levantando una ceja e insinuandome algo con su sonrisa, la odiaba. A los pocos minutos el timbre volvió a sonar, era el delibery, traia una pizza y media y tres gaseosas, el pobre hombre estuvo esperando veinte minutos en la puerta mientras buscabamos cambio, mejor dicho... mientras mi madre lo hacia a la vez que hablaba por telefono y se terminaba de vestir. Otra vez el timbre, eran mis tios. Yo trataba de leer, el insoportable bullicio que había en mi casa no me dejaba pero lo que mas me perturvaba era que él estaba ahi.

De un segundo a otro la casa quedó semi vacia. Ale y Lucy se habían ido a dormir y estabamos solamente nosotros dos en el living, comiendo pizza en silencio. Pizza de ananá y otra mitad de muzzarella, que convinación espantosa, pero Emiliano era el fanático del ananá. Comimos en silencio viendo trozos de peliculas y escuchando el live de metallica. No estabamos enojados, tal vez yo si, un poco, muy poco, me era casi imposible enojarme con él, pero el sentimiento que tenia en esos momentos iba desde amor a odio pasando por una lista interminable de otras sensaciones, hasta algunas ni siquiera podían etiquetarlas con alguna cosa semejante. Después de terminar las 4 porciones que nos habían dejado la nenas, con voz cortada me preguntó si queria ver las pelis, yo contesté con un "ajam" y me levanté con mi plato vacio en la mano y me abstube de mirarlo a sus ojos verdinegros. Estaba molesta, creo que conmigo misma, estaba molesta porque estaba al frente de la persona que amaba, la tenía a centimetros mios y me estaba lamentando no poder estar con él solo por mis caprichos infantiles. Había sido mi culpa, yo había jugado y había ganado, pero habia perdido lo más importante, lo había perdido. Escuché resonar en mi cabeza esas idiotas palabras que le había dicho hacia un par de meses atrás, no pude contener mi enojo y arrojé torpemente el plato al lavabajillas, fué obvio que se rompió. Él gritó desde el living, preguntó si estaba bien. Le dije que si, aunque no lo estaba. Me apresuré a juntar los trozos de vidrio, sentí un dolor en la palma de mi mano, no le di importancia, los tiré en el basurero, bien al fondo asi mi vieja no se enojaba por romper los paltos de su bajilla preferida. Volví con Emiliano.

La pelicula empezó. El estaba en una esquina del sillón comiendo helado de ananá y yo acurrucada en la otra jugando con mi helado de "oreo". No nos miramos ni un segundo. Emiliano estiró el pote de helado, aún seguía sin mirarme.

- ¿Querés?

- No

- Ah... Vicky Diki...

- No me digas asi

- Perdón... por todo.

- Por todo.. ¿qué?

- Debería haberte dicho sobre Katha. Quisiera explicartelo.

- Bueno, explicalo, no te estoy diciendo que no lo hagas.

- Yo estoy con Katha porque fué la única que logró ayudarme.

- Ayudarte?

- Si, es que cuando me fuí a mendoza y pasó lo que pasó yo estaba re mal porque... imaginate, fueron 4 años, crecimos juntos y que de un dia a otro no nos veamos más es re dificil, fui tu primer beso y fuiste el mio y mi primera novia tambien y mi primer amor y sé que hay cosas que no se sienten por otras personas tan facilmente y....

- Bueno! Sos demasiado dramático, no estires las cosas, hace esto menos llevadero...

- bueno, a lo que voy es .. te amo lo hice y ... te prometí que lo seguiría haciendo, pero se hace dificil. Kathalina me ayudó porque en cierta forma tengo mi mente tambien en ella y sos un obstaculo en mi vida, no en el mal sentido, pero no puedo vivir aferrado a vos, a tus recuerdos, no me sirve.

- Ah, un parche...

- ¿Un qué?

- No importa, después te explico. Yo tambien te amé.

- Perdoname

- Esta bien

- Una pregunta... Agus tambien se tiñó el pelo?


- No sé, supongo que tambien cumplirá su promesa. El azul me sienta bien...

- Si, cualquier color.

- No exagerés ¿ Te puedo preguntar algo?

- Lo que quieras.

- La amás?

- Si, bastante.

- Ah...

Volvimos a quedar en silencio. Una lágrima cayó por mi mejilla. No podía dejar que me viera llorar. La sequé con el puño de mi remera, estaba rojo, teñido en sangre, tenia un corte grande en la palma de mi mano, sangraba demasiado. La noche terminó con un doctor y silocaina. Emiliano se fué. Al dia siguiente me llamó para que fueramos a pasear. Realmente no quería. Le dije que me dolia la mano. El simplemente se fué, no tuve le valor de volver a despedirlo.

El fuerte dolor de mi mano se opacó con el dolor que él inocentemente me causó. Dolía demasiado... dolía el corazón.

26 nov 2009

Fuegos Artificiales

Era la noche de navidad, entré a casa de mis abuelos cubierta en regalos que tapaban el vestido azul que yo había diseñado unos meses atrás, la trenza que llevaaba en el cabello ocultaba a medias el mechón azul que caía por la parte irquierda de mi cabeza y el flequillo me cortaba a medias la visión. Sabía el camino de memoria. Pasillo a la derecha, derecho, pasando la puerta que dividia el living de la cocina y luego el patio. Ahi estaba el arbolito donde se suponia debía dejar los regalos, pero cuatro brazos frágiles y pequeños me acorralaron. Eran Ale y Lucy. Las dos me había abrazado y apretaban mi cintura, cosa que Agus había provocado que yo odiara. Tiré los regalos al piso, pero lo fragil, unas delicadas copas para mi abuela, de alguna extraña forma no se rompió. Después de estallar en carcajadas y de ser deborada a besos de mis primas, levanté la mirada y ai estaba. Sentado al lado del televisor, escuchando musica y mirandome con una expresión cerena y feliz. Yo estaba nerviosa, aunque no lo demostré, en ese momento había elegido mostrar mi parte menos comunicativa. Me acerqué hacia él y Emi se paró. Me saludó de esa forma tan peculiar en la que lo hace. Tomó mi mano izquierda y la apretó fuertemente ,tirándome hacía él y tomaba mi h ombro de una manera extraña mientras me daba un beso en la mejilla. Había empezado a añorar la manera en que lo hacía.

Las horas previas a las 24hs. transcurrieron sin sobresaltos, mi madre me obligó a sentarme a su lado y hablamos de cosas vacías en las que ninguno de los dos mostrabamos ni un poco de interes, no nos mirabos ni un solo segundo, hablábamos con los adoquines del piso que dificilmente nos podrían haber escuchado. Mientras Emi hablaba con los demás me inundé en un mar de pensamientos, el se veía tan hermoso, pero su mirada... estaba vidriosa y de vez en cuando me miraba con el rabillo de sus ojos, reía y cantaba sin vergüenza alguna, yo, como siempre, si la sentí, era demasiado desinhibido, y por supuesto que yo era lo contrario. Me encantaba esa forma de ser.

Eran casi las doce, faltaban poco minutos, todos estaban muy compenetrados en la apertura de los regalos y la sidra, ritual infaltable en casa. Yo, por otro lado, me encontraba sentada en el patio, viendo el cielo que siempre se veía violacio desde esa parte de la casa. Tenía mi celular entre mis manos, sonó.

- AND DID THEY GET TOU TO TRADE YOUR HEROS FOR GHOSTS?

Era nuestra canción...

- HOT ASHES FOR TREES?

Su voz resonó en mi oido y su cálido aliento rosó mi cuello.

- HOT AIR FOR A COOL BREEZE?

- Jaja, COLD COMFORT FOR CHANGE? AND DID YOU EXCHANGE

- A WALK FOR A PART IN THE WAR FOR A LEAD ROLE IN A CAGE?

-HOW I WISH, HOW I WISH YOU WERE HERE

-WE´RE JUST TWO LOST SOULS SWIMMINGIN A FISH BOW!

- Canto pésimo!

- Hay personas peores, no te preocupes, Jeje

-
Me dejás mucho más tranquila entonces, pero seguro estoy en el top ten de los peores.

- No, en el de los mejores.

- No exagerés.

Se sentó a mi lado, estabamos en silencio, mirando al cielo. Me rodeó con su brazo izquierdo y me recostó sobre su cuerpo. Yo solo tomé su mano, la enganché con la mia, se sentía muy bien. Apreté su mano muy fuerte, y pude ver que aún tenía mi anillo, ese que le había dado muchos años atrás, él me miró, esbosó una sonrisa, una de esas que a mí me encantaban, una de esas que me enamoraron.

Emiliano miraba fijamente al cielo. Aún no eran las doce pero ya se podían avistar unos cuantos fuegos artificiales que al reflejarse en sus ojos quebraban el negro intenso de éstos.

- ¿En qué pensás?

- En todo, principalmente en vos.

-Mmm... que interesante ¿podrías ser un poco más específico?

- Estaba pensando en que te tengo a cemntimetros míos, como antes y que teng o unas ganas enormes de besarte pero no....

Lo besé. Una vez más sus labios me hicieron sentir cosas que no puedo explicar. Eran las doce. Era navidad. Era feliz.

Sonó su celular. Demasiado rápido llegó ese mensaje teniendo en cuenta la distancia. Creo que era el destino, no me dejaba disfrutar.

"Feliz navidad mi amor! espero que la estes pasando lindi por allá! te amo muchis!"

Era Kathalina, su novia, el motivo por el cuál no queria besarme. Igual, lo olvidé, no me arruinaría navidad.

Ese fué el mejor regalo de todos, un beso. Perdí mi tristesa entre papeles rotos fuegos artificiales y burbujas de champagne. Él estaba ahi y eso era todo lo que quería.

23 nov 2009

Claveles Rosas

El cielo estaba violacio y plomiso, el viento cortante y violento. Estaban todos dormidos, yo era la única que no podía conciliar el sueño, y tambien era la que más lo necesitaba. Las agujas del reloj corrían confusas, algunos minutos parecian horas y otros, segundos.

Me senté en el ventanal de mi pieza, las luces de la ciudad producian un negro tornasol que hacían, en conjunto con el lila del firmamento, una vista encandilante para mis ojos, no me dejaba pensar. Ahi me quedé, esperando mi despedida, mirando a la nada, acordándome de... nada. Las horas pasaron y las nubes dieron su desfile sobre mi cabeza, faltaba solo media hora. Tenía mi uniforme planchado, estaba con apresto de la tintorería y apenas podía moverme. Bajé las escaleras, aún seguía vacía. El camino al colegio se hizo largo, mas que de costumbre, la presencia de flor me hacía mucha falta, su sonrisa matutina me ayudaba mucho, pero ella ya no estaba ahi, ella tambien se había ido.

El crepusculo estaba haciendo su entrada triunfal, a diferencia mia, que a causa del sueño estaba totalmente sin ganas de festejar mi despedida, y no supe aprobechar las luces de admiración que mostrabamos todas las alumnas de sexto.

En el curso estallaba la euforia y los nervios, yo, por otra parte era lo contrario. Mis ojos buscaron a Agus como todas las mañanas, no quise hacerlo adrede, era una reaccion automatica. Ella no estaba, no me sorprendió, hacia unos meses me había dicho que iba a tener que mudarse en el mes de diciembre, pero nunca imaginé que sería el dia de la despedida.

Con el pasar de los minutos la felicidad que invadia a las otras 31 personas que se encontraban conmigo me contagió. Olvidé el hecho de que Agus no se encontraba. Nos peinamos y pintamos y con Sol reimos interminable cantidad de veces hasta que nos dolió la cabeza.

Sol, era mi mejor amiga, aunque obviamente no se comparaba con Agus. Ella era totalmente aventurera y había vivido más que todas las chicas del curso. Era rubia y delgada y tenia una mi rada desafiante y una sonrisa que me hacía acordar a una historia de una mujer que atrapaba a los hombres con su sonrisa, no laa recordaba bien, solo recordaba la imagén que había formado del personaje cada vez que la veía. Con Sol fué que se nos ocurrió espiar el salón de actos en el cual las chicas de quinto estaban preparando nuestra fiesta. Mientrás estabamos en la hora de matemática, ella fingió tener nauseas y pidio ir al baño, obviamente yo hice de sentinela. Caminamos por el pasillo en silencio y doblamos en las escaleras, un poco despues de las grandes puertas del baño. Bajamos corriendo y estallando en carcajadas. Cruzamos el patio y abrimos un pequeña randija del gran portón blanco, Sol cerró el candado y la puerta que conducía al salón de teatro, que daba directamente con el salón de actos. Estabamos encerradas en una habitación multicolor decorada con flores y guirnaldas. Todo estaba lleno de comida y papel picado, unas enormes flores perfectamente hechas en papel crepé nos enamoraron, todo estaba demasiado lindo, teniendo en cuenta que las que habían hecho nuestra despedida eran esas nenas que nos odiaban. Debía reconocerlo, nosotras eramos demasiado engreidas, eran justificanles sus agreciones, pero despues de ver el hermoso trabajo que había hecho todo el rencor que nos teníamos quedó guardado en el placard de las escenografias.

Salimos, Sol volvió a cerrar la puerta ya que, como era la ayudante de la profe, tenia la llave del salón. Subimos al curso, nadie se había dado cuenta de que no habiamos ido al baño. Sol respondió a la pregunta de la profesora con un "muchiiisimo mejor" y soltó una carcajada enfrente de ésta, obviamente la mujer quedó desconcertada. Nos dirigimos por el pasillo hasta nuestros bancos, ella se sentaba en el penultimo y yo en el siguiente, y sin prestar atención a nuestro entorno seguimos hablando de nuestra travesía.

Quedé petrificada en frente de mi banco. No era creible lo que estaba viendo. Ahí estaba ella, en su lugar, a mi lado. Me sonreia como si nada, estaba radiante como siempre. Ella tomó el ruedo de mi pollera y me haló hacia la silla. Me abrazó y tomó mi mano, se sintió bien.

Llegó al hora, era momento de la despedida, fuimos todas exaltadas siguiendo exactamente los mismos pasos que habia hecho un rato antes con Sol. Solo que ahora era diferente, la intriga se había ido y la paz que generaba Agus en mi había vuelto.

La musica sonaba, Agus me tomó de la cintura, me hizo cosquillas, reimos, hablamos, nos empapamos en coca cola e hicimos guerras de comida. Volvimos a ser las de siempre. El dia transcurrió igual. Eramos felices.

Terminamos la fiesta, había sido perfecta. Con Agus nos habíamos robado las hermosas flores rojas que estaban en el decorado. Ella me llevó al curso y las escondimos debajo del banco en el que se sentó durante el tiempo en el que tratabamos de olvidarnos. Me llevó al ricón izquierdo del curso, nos agachamos, el helecho hacía una pobre imitación de cueva, pero era acojedor. Agus me dió un paquete pequeñó y me besó en el rabillo de mi labio. Ese fué su ultimo te amo.

La gran fiesta que le siguió a la despedida fué la última vez que la ví. Se sentó detrás mio durante la ceremonia y ambas estábamos compenetradas en nuestras familias y en la entrega de diplomas. La seguí amando durante mucho tiempo y lo sigo haciendo, solo que no de la manera en que lo hice antes. Nunca más supe sobre ella.

Ella desapareció entre claveles rosas y se llevó lo mejor de mi, pero me dejó lo mejor de ella a cambio...

21 nov 2009

Sin él, sin ella

El paso de los dias había levantado una pared de confusion en mi. Agus se había cambiado al banco que había a mi derecha, teniamos todo un banco para nosotras solas, no nos separaban nada más que 25 cm que parecian todo un océano de lejania, era como si estuviera en el otro lado del mundo. Su mirada había dejado de ser tan vigorosa y hermosa al igual que su sonrisa, ahora me miraba con cara de "perro mojado", como decía, y yo no podía... no podía mirarla a los ojos, cada segundo que la miraba era un recuerdo que me volvía a ella, cada parte de ella, cada rincón del colegio, todo tenía escrito su nombre en tinta invisible, todo estaba tapizado en recuerdos, no lo soportaba.

Todos los dias de la semana, que habian pasado de ser un paradisiaco descanso para mi alma a una tediosa carga, pero mi cuaderno me lo recordaba cada vez que podía. Éste estaba encabezado por una dedicatoria escrita en tinta color turquesa, ese color que me encantaba, con una letra improlija que tenía escrita las palabras que siempre me hicieron bien y mal a la vez.

Vicky: Sos la locura en persona, inmadura, sencible, graciosa pero a la vez todo lo contrario, te gusta el pop y esas canciones pre fabricadas que se venden por un tiempo y despues desaparecen, pero amás los grupos de los '60 y te gusta el jazz y el tango, tenés una personalidad unica, una sonrisa perfecta, que brilla pero no como la de las propagandas de los dentifricos, brilla como uan manera de mostrar lo que sos. Sos perfecta, perfecta para mi. Sos la unica que pudo estar conmigo cuando necesitaba a alguien, la unica que pudo salvarme, vos lo hiciste real, hiciste que yo pudiera creer en que se puede ser completamente feliz en la vida, te veo y no hay nada mñas, no hay nadie más, y me encantaria que pudieras saber como me siento en estos momentos, como te siento, como te amo.
Emi.


Ahi estaba, esa firma, ese nombre... ahi estaba parte de lo que era Emi, y si yo hubiera podido decirle en su carpeta lo que sentía, habria sido todo diferente, pero no. Ahi estaba yo, leyendo por milesima vez esa hermosa firma, acordandome de mi novio, de esa persona que me dio todo, esaa persona que me consigió una vida, que me amó... y yo solo se lo devolví con mi primer beso y un par de te amos con fundamentos. Debería haberle dicho todo lo que sentia de una vez pero ya estaba demasiado lejos, Agus me lo había advertido, pero estaba demasiado ciega, era tan terca que no pude ver que al seguir mi estúpida fantasia estaba persiendo al amor de mi vida.

11 nov 2009

Primavera sin Sonrisas

Septiembre y la euforia multicolor de las personas. Todos esperaban ansiosos la primavera, aunque ya estaba presente. Las flores ya habían abierto y se sentía la tibieza típica en el aire. La ciudad estaba repleta de flores de colores hechas en cartulina o papel afiche o algun otro papel de color, se empezaban a repartir folletos que invitaban a fiestas de la primavera o del dia del estudiante y algunos músicos contemporáneos inspiraban canciones en la llegada de una estacion tan igual que las demas. En el colegio no se olvidaban de ese espiritu primaveral, todo multicolor, carpetas y trabajos inspirados en el 21 de septiembre, preparativos para fiestas y felicidades... Yo, por otra parte, no la esperaba tan ansiosa como otros años. Que llegara la primavera implicaba que estaría un poco más cerca del dia en que todo terminaría. La melancolía iba ganandome el corazón de a poco y me daba cuenta de cuantas cosas tenía, de cuantas no queria perder y de otras cuantas que amaba, y entre ellas, la primera en al lista era Agus.

Durante un tiempo la relación con Agus siguió casi tan perfecta que antes. El hecho de mi cambio de colegio había empezado a desaparecer. No nos importó, nuestra amistad se hacía fuerte y crecia como lo hizo durante 7 años. Yo era la causante de una extensa cuenta de telefono, pero también, según ella era la causante de sus sonrisas diarias y cada vez crecian más... Más llamadas telefonicas y más risas. Más felicidad.

Septiembre avanzaba rápidamente y con cada día que corría me di cuenta que se iba un poco de mi.

La cantidad de libros a estudiar se multiplicaron, tenía que rendir un examen eximitorio para entrar a ese colegio. No pensaba en rendir bien, aunque igualmente me cambiarian de colegio. Los libros seguían aumentando. El colegio, la profesora particular, los cursillos de ingreso, la academia de inglés y danza. Mi agenda estaba repleta y asi empezaron a borrarse los espacios que antes ocupaba Agus.

Las llamadas empezaron por hacerse más cortas y ya no duraban dos horas como antes, sino escasos 15 minutos. Despues ni siquiera podía atenderlas y cuando podía llamar a Agus, no se encontraba. Intentos fallidos de contacto, solo me quedaban conversaciones clandestinas entre las clases y 10 recreos semanales para hablar con ella. Las llamadas cada vez eran menos frecuentes y terminaron siendo solo 2 a la semana y de unos 5 minutos de duración en los que le pedia las tareas del dia anterior o le preguntaba que había pasado en el capitulo de la novela que soliamos ver juntas.

Empezamos a olvidar esa simbiosis, esa necesidad de tenernos cerca. Nos olvidamos a propósito.

Florencia, la nueva compañera de aventuras de Agus, era totalmente igual a mi, era una curita que estaba tapando una cicatriz que había causado un capricho de mis padres. Había sido reemplasada ¿Donde estaba mi felicidad ahora? Agus se la había llevado y se la había entregado a alguien más, aunque faltaba ese condimento que solo nosotras podíamos ponerle a esa felicidad. Me hacía falta.

Necesitaba hablar con ella, preguntarle porque nuestras rutinas, nuestra amistad, porque todo se había acabado de la nada.

- Asumamoslo, es mejor asi.

- ¿Qué?! Te estás escuchando? mejor? Acabarlo todo asi?

- Si, te das cuenta todo lo que vas a perder si no entrás a ese colegio?

- Pero si entro voy a perderte, sos mi hermana!

- No soy tu hermana! Te quiero muchisimo! Me duele muchisimo tambien! Pero es lo mejor, tratar de olvidarnos, aunque nunca va a pasar. Pero tratemos de olvidar que por lo menos nos amamos. Yo encontré mi parche, por favor no lo arruines, tratemos de que cuando no estés más conmigo no sea tan doloros como lo ha sido estos últimos dias.

- Tu parche? Perdón, nunca quise que doliera, y a mi tambien me duele, pero no es la forma de solucionarlo.

- SI, Flor, nunca voy a sentir por ella lo que por vos, pero... No importa, se que nunca quisiste que esto pasara pero pasó y va a pasar, tratemos de que duela lo menos posible. No te olvides de que tenés el estudio y a Emi, yo soy lo menos impresindible.

- No sos lo menos impresindible... Te necesito.

- No me necesitás a mi, necesitas arreglar las cosas con Emi, necesitas entrar a ese colegio. Nunca te voy a olvidar Vi... Necesitamos dejar de hablar de esto. Necesitamos no hablar.


Y se fué, se fué dejandome una caja de recuerdos, de momentos hermosos, tirada en el piso. Fue tan facil para ella. Fué.-

6 nov 2009

Te amo

Amaba los lunes y cada dia de la semana. Agus era un poco de todo para mi. Eramos inseparables. Nos sentabamos al fondo en cada clase. Tomaba mi mano, reiamos, dibujabamos , nos haciamos dibujos y firmas en los brazos, haciamos lo que queriamos sin prejuicios ni llamados de ateción, nuestra posicion estrategica en el curso nos ayudaba, eramos felices.

Los recreos pasaban igual que las horas de clases, solo que una vez a la semana, generalmente los miercoles a las 10: 15, teniamos reuniones secretas en el baño, me enseñaba a besar, a saber apreciar los pequeños detalles, a sentir el verdadero sabor de sus labios y a sentirlo aún cuando los mios ya no rozaban con los suyos. Me enseñó a amar.

Mayo, Junio, Julio... los meses corrieron, corrieron siendo perfectamente imperfectos. No parecian meses sino segundos. Había perdido la nocion del tiempo y de la vida. Todo estaba bien. Agus era la persona que queria tener a mi lado. Amaba sus palabras, su sonrisa, sus ojos, sus besos, sus manos, sus carisias, amaba todo su ser, igual que Gus a mi, sus "te amo" eran tan transparentes, tan sencillos, tan ...

Cada dia era una aventura. Era Lunes, llegué a casa, eufórica. Tiré mi mochila y corrí a la cama. Enterré mi cabeza en la almohada y me puse a escuchar nuestra cancion. Entró mi vieja con una sonrisa que hacia su cara totalmente angelical, en su mano derecha tenía un papel blanco. Me dió la peor noticia de mi vida. Me había inscripto en otro colegio. Mi corazón se detuvo. Lo primero que cruzó por mi cabeza fué la imagen de Agus y yo viviendo sin mi mitad ¿Como iba a hacerlo?

No tenía valor para decirle, no podía, si le decía iba a romperse lo nuestro, sabíamos que no iba a ser igual, nuevos compañeros, nuevos uniformes, no podía, pero tenía que hacerlo.


- Vicky!

- Agus... tengo que decirte algo...

- ¿Qué?

- Me voy a...

- ¿A qué? Me estás poniendo nerviosa.

- Me van a cambiar de colegio ¿Sabés todo lo que significa no?

- Esto se va a...¿ acabar?

- No quiero que se acabe Agus, no quiero!

- Yo tampoco! Te amo lo sabés?

- Me lo has dicho en varias oportunidades... Tambien te amo Agus.

Perfectamente Imperfecto

Todas las cosas que Carlos me habia dicho estaban dandome vueltas en la cabeza, se habia borrado parte de lo que en ese momento completaba mi infantil vida. Empezaba a preguntarme si él realmente era mi amigo o mi enemigo encubierto...

Estaba en estado de shock, entré al colegio por inercia, estaba lloviendo. Corrí debajo de las gotas de agua, me gustaba sentirlas rozar en mi cara, subí las escaleras, el barandal estaba frio. A pesar de que ya estaba bajo techo sentia que algo seguía cayendo por mis mejillas. Deseaba no haber escuchado esas cosas... deseaba olvidarlo todo. Mi mano tomó el frio picaporte de la puerta y lo giré, se rompió la melodia generada por la lluvia. Treinta y tres voces que estallaban en risas al unisono, la euforia de tres decenas de almas jóvenes y puras.

Caminé hasta la primera fila de bancos. Me sobresalté. Un par de manos estaban rodeando mi cintura y apretándola adrede, Agus sabía que odiaba que me hicieran eso, de todos modos lo hacia y despues de que la insultaba terminabamos riendonos. Me dió un beso en la mejillas y me saludó con un cálido "vicky!" como todas las mañanas.Nos sentamos en nuestras sillas celestes, se sentó a mi lado como todos los dias.

En la clase de matemática, mientras esperabamos a que tocara el timbre Agus apoyó su cabeza sobre sus brazos y me miró desde el frío escritorio. Sus ojos eran serenos y hacian juego con su tierna sonrisa.

- ¿Qué te pasa?

- Nada

- Yo sé que algo te pasa, tus ojos te delatan.

- En serio, no me pasa nada, estoy bien.

- Bueno, como digas, podés mentirle a cualquiera menos a mi, sabés que te conosco mejor que a nadie.

El timbre sonó. Tenía razón, yo no estaba para nada bien, tenía ganas de salir corriendo, de hecharme a llorar, pero no queria hacer una escena deprimente frente a todos. Ya no quedaba casi nadie dentro del aula. Fuí al baño y me encerré en el último de todos, en ese al que nadie iba porque siempre era el que se olvidaban de arreglar, o el de las historia de fantasmas. A mi no me importaba. Di vuelta la cerradura, me senté en el frio piso y lloré, lloré, lloré hasta no saber mi nombre. Queria morir. Sentí unos pasos, se pararon justo enfrente del baño en el que estaba.

- Abrime

- No

- Dale, no seas idiota. En un momento asi lo menos aconsejable es estar solo, te autodeprimís.

Abrí la puerta. Agus entró y se sentó a mi lado.

- ¿No me vas a contar porqué estas asi?

- Carlos me dijo algo, me duele saber que mi tia...

- Entiendo... No te preocupes más por eso. Ahora me tenés acá, llorá reí o si necesitas hasta podés pegarme.

- Jaja gracias, pero no te pegaría nunca.

- Ya lo has hecho...

- Pero jugando.

- Si, como nos divertíamos ¿Cierto?

- Si, como quisiera que volvieramos a ser como antes.

- Yo tambien, pero sería un poco monotono que tuvieramos siempre 8 años, en todo caso no viviriamos como se debe. La adolescencia, la infancia, la vejez, todo es parte de vivir, igual que lo que estás pasando ahora, estás cosas siempre pasan, la vida no siempre es perfecta, pero podés verla perfectamente imperfecta, podés ser feliz.

- Gracias, me hace bien hablar con vos. Tendrias que estudiar psicología.

- Sabés que voy a estudiar derecho con vos.

- Cierto. Sos genial ¿sabias?

- Me lo han dicho un par de veces...

- Jaja

Me abrazó y me empezó a hacer cosquillas, yo pateaba las paredes prefabricadas del baño y Agus estallaba en risas. Me besó en la mejilla, en el cuello y en la frente, yo solo reía. Me volvió a abrazar con todas sus fuerzas, yo tambien lo hice. Me soltó y espontaneamente sus labios rozaron los mios. Hubo un segundo de silencio. Me sonreía y yo igual. Sus ojos estaban encendidos, eufóricos, no podían apartarse de los mios, estaban inquietos. Miró mis labios y yo los suyos. No supe bien en que momento, pero ahi estaban, sus suaves labios precionaban los mios, era muy dulce, fué inexplicablemente hermoso. Fue agridulce, suave pero a la vez fuerte, no fué ni corto ni largo. Fué perfecto. El principio dulce, el desarrollo potente, el final agrio. La campana nos despertó, rompió nuestra inesperada ilusión.

Se levantó y sacudió su uniforme. Estiró su mano y me ayudó a pararme. Yo estaba atónita. Me tiró del brazo y fuimos corriendo hasta el aula. Me habia olvidado del hecho por el cual lloraba. Solo me acordaba de esos 15 minutos.