26 may 2010

Chau, Cahorra

Cachorra Enamorada? No, tal vez enamorada, pero cachorra no, ya no. Amé compartir un poco de todo con vos, mi cachorrita, mi espacio on - line, mi diario intimo (y virtual) amé volcar mis pensamientos acá y que nadie los criticara, que nadie me detuviera, amé dejarme ser. Pero ahora, con el corazón un poco más roto que cuando empecé, con las ideas más extremistas que nunca antes he tenido y con la ortografía un poco mejorada, hoy, te digo Chau, chau amiga, chau y gracias. No quiero dejarte, pero tengo que hacerlo. Mis recuerdos son muy explícitos, mi nombre muy claro y mis lectores (los pocos que me leen, y realmente les agradezco que lo hagan) no muy adecuados. Lo peor, no es darle via libre a mis pensamientos, lo peor son los recuerdos, los recuerdos que me traés vos, cachorra enamorada. Ya no soy una cachorra enamorada, repito, ya no soy tan frágil como antes, o soy demasiado más frágil que cuando empecé, no lo tengo definido, pero tengo que terminar con cachorra y empezar con algo más. Y que puedo decirte? Ya no voy a contarte mis secretos, o tal vez si lo haga y queden sumergidos en el olvido, con muchos otros borradores que hice y nunca publiqué. Solamente espero poder seguir escribiendo, espero convenserme, espero poder no ser tan impulsiva. Tal vez otro dia vuelva y aclare eso último. Te amé, cachorra, gracias.-


Vicky-.

18 may 2010

Stop and rewind

Otra vez, como muchas otras veces, me ilusioné. Esta vez no fue más que una decepción, estaba lista para escuchar, leer o imaginar la vibración que sus palabras producirían en sus labios. Me imaginé nuestra conversación y hasta diagramé 15 respuestas coherentes, maduras, racionales. Estaba lista para ser subordinada una vez más a su indiscutibles planteos con altura, a sus dolorosas indirectas y a sus monosílabos gélidos. Pero no, nada de eso, otra vez me sacó de mis casillas. Iba a enfrentar a vaya a saber que bestia mitológica maligna, tenía mi espada, tenía mi escudo, pero cuando abrí la puerta me encontré con ese frígido gatito, con ese nene que me había robado el corazón y que después se lo había regalado a vaya a saber que copia distorsionada y cruel de él mismo. Cerré mis ojos, me puse tensa y al final, NADA. Absolutamente NADA. Hablamos como si fuera alguien que conocí en un bondi, como si nunca hubiera pasado nada. No le importaba, pero ¿Cuándo le importe? Siendo realista, borrando todas esas suposiciones absurdas, viéndolo desde el ángulo más obvio, nunca, nunca le importé. ¿Y ahora? Y ahora no se nada, no se que sentir, no se que pensar. Estoy demasiado cansada como para intentar descifrar lo que siento.

Me importa, pero no.